“Dios, Padre misericordioso,
que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo,
y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador,
te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre”.
Te encomendamos en modo particular
los jóvenes de toda lengua, pueblo y nación.
Guíales y protéjeles en los complejos caminos de hoy
y dales la gracia de poder cosechar abundantes frutos
de la experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia…”
Haz click aquí!