Para la Biblia, el corazón es más que la sede de los sentimientos; el corazón es el lugar de los recuerdos, los proyectos, y es sobre todo el lugar de la intimidad a solas y de la verdad ante Dios. La segunda parte de esta enseñanza expone la paz de Cristo, que no está fundamentada en la insensibilidad sino en conocer y restaurar el orden querido por Dios en la creación.