Lunes – No se angustia el que camina
No se angustia el que camina
si no llega hasta su estrella;
ella le sirve de guía:
eso le basta y le alegra.
Muy temprano en la mañana
emprendimos el camino,
llenos de fe en tu palabra,
Señor nuestro Jesucristo.
Y al final de la jornada,
levantamos nuestras manos;
en ti busca la mirada
su refugio y su descanso.
El reposo de la noche,
que recibe nuestro día,
nos recuerda sin reproche
que la vida se termina.
Más allá de nuestros sueños,
y después de las estrellas,
por tu gracia al fin seremos
el rebaño de tu diestra.
Amén.