“Aunque difieren en algunos puntos doctrinales, como por ejemplo la “doble predestinación” predicada por el calvinismo –y que Driscoll rechaza–, ambos están de acuerdo en lo que se ha convertido en la seña de identidad de este resurgir calvinista: la Biblia contiene toda la verdad y hay que entenderla en su sentido estrictamente religioso, no convertirla en un manual de auto ayuda o en la coartada para determinada concepción de la economía…”
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