Hoy salgo para Portugal; primera vez en mi vida.
Espero ser útil a las Hermanas Dominicas del Monasterio de Pío XII, a quienes predicaré unos retiros y con quienes celebraré la Semana Santa.
Supongo que no tendré acceso a Internet con la facilidad que lo tengo en Dublín y quizá por ello no pueda publicar en este diario con la misma frecuencia, aunque luego es mi propósito ponerme al día.
Bendiciones para todos los que por aquí asoman, y que se sepa que confío en las oraciones de la Santa Iglesia, a la que me gozo en servir.