[Retiro Espiritual en el Real Monasterio de Monjas Dominicas en Caleruega, Octubre de 2012.]
Tema 11 de 12: Fe y consejos evangélicos
* Los “consejos” que brotan del Evangelio son susurros del Espíritu Santo, voces suyas que nos ayudan a descubrir en lo concreto e irrepetible de cada vida dónde está nuestro bien, no como contrapuesto sino como integral al bien de la Iglesia.
* Los consejos que da el Espíritu son también impulsos suyos que nos ayudan a vencer nuestras malas inclinaciones, y que a la vez nos dan una pregustación del bien que nos aguarda, como si nos dijera: “Sigue por aquí, que te conviene, y te irá bien…”
* Es la fe la que mantiene abierto el canal a esa voz del Espíritu. Con fe hemos recibido el primer anuncio. Con fe hemos obedecido ya, al desechar nuestros antiguos pecados. Si se cierra el canal de la fe no valdrá haberlo tenido abierto porque la vida no está en empezar sino en continuar, no perderse, perseverar hasta la meta.
* Además, si se cierra el canal que nos acerca las voces del Cielo pronto se abrirán los canales que traen las voces de infierno. Si no atendemos a los susurros de la gracia, los susurros que tientan con tipo de soberbias, codicias y lujurias nos irán conquistando desde dentro.
* Bien se ve que no pueden vivirse los votos si no hay por dentro fascinación con los consejos, y no podrán recibirse los consejos sin la fe que nos hace sensibles y a la vez inteligentes a la voz de Dios, y su voluntad.
* Suele definirse a la vida consagrada como “seguimiento de Cristo.” Pues hay que anotar: (1) Seguirle implica que nos pase lo que a él le pasó. Sin la sabiduría de la Cruz no habrá seguimiento del Crucificado. (2) Seguirle requiere que se le vea, que se le tenga a la vista, y eso lo da la fe. Pedros se hundió en las aguas cuando quitó la fe y la mirada de Cristo, mientras que la Carta a los Hebreos invita a que tengamos nuestros ojos siempre en él, como lo concede la fe.