Nunca sabrás si algo funciona si no lo pruebas. No sabrás si hay electricidad si no pones la mano en el interruptor y lo enciendes. Tienes que efectuar alguna acción para probar que funciona. Eso pasa con la fe.
Es inútil sentarse a hablar acerca de la fe si no la vives y nadie puede ver qué significa para ti. Es inútil hablar de vivir con fe cuando tu seguridad está en tu cuenta bancaria, y sabes que puedes contar con ella cuando eliges hacerlo.
Es cuando no tienes nada, y te arriesgas y haces lo aparentemente imposible, porque tu fe y tu seguridad están bien afirmadas en Mí, que puedes hablar de vivir con fe y ser una demostración viva de ello.
Sigue adelante, pon tu fe a prueba y ve qué pasa “Abriendo las puertas de tu Interior”.