No juzgar es reconocer que solo Dios dicta sentencias definitivas e inapelables. La auténtica justificación traer la justicia de Dios a la vida, o sea, poner el orden de Dios en la vida. Y atención porque, por nuestra naturaleza herida, tendemos a olvidarnos del Señor cuando todo va bien.
Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]