El poder del Padre Celestial que es fuente de todo el Misterio Trinitario, la sabiduría de Jesús por quien todo fue hecho y la misericordia del Espíritu Santo quien llega a nuestros corazones haciéndonos experimentar el amor divino.
En el primer misterio glorioso contemplamos la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
En el segundo misterio glorioso contemplamos la Ascensión de Cristo a los Cielos.
En el tercer misterio glorioso contemplamos el día de Pentecostés: la efusión del Espíritu Santo da nacimiento a la Iglesia.
En el cuarto misterio glorioso contemplamos la santidad de la Iglesia, especialmente visible en sus mártires, ya desde los primeros tiempos.
En el quinto misterio glorioso contemplamos la Asunción de la Virgen María y el poder singular de su intercesión por la Iglesia que peregrina.
En el sexto misterio glorioso contemplamos la segunda venida de Cristo, y que de su Reinado han de participar para siempre la Virgen María y todos los santos.
En el séptimo misterio glorioso contemplamos que la muerte misma morirá, y que Dios será todo en todos.
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La conversión y el llamado a la fe requieren de admiración y los que creemos en Cristo estamos llamados a ser admirables, a ser luz. Jesús nos llama para que brillen nuestras buenas obras y así darle la gloria al Padre del Cielo.