A Jesús no lo silenciaron en el sepulcro, después de ahí viene la realización del Reino de Dios en millones de corazones hasta el retorno de Cristo. Si sientes que tu vida ya está en el sepulcro, vuelve tu mirada al Señor y pide al Santo Espíritu que su poder obre en ti.
En el primer misterio de la infancia contemplamos la Anunciación a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios.
En el segundo misterio de la infancia contemplamos la visita de la Virgen Madre a su pariente Isabel.
En el tercer misterio de la infancia contemplamos el sufrimiento que pasó San José, y la fe amorosa que tuvo.
En el cuarto misterio de la infancia contemplamos el Nacimiento del Hijo de Dios en el humilde portal de Belén.
En el quinto misterio de la infancia contemplamos la Epifanía: Jesús es luz para las naciones, y así es adorado por unos magos venidos de Oriente.
En el sexto misterio de la infancia contemplamos la Presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén.
En el séptimo misterio de la infancia contemplamos a Jesús Niño en el templo, ocupado de las cosas de su Padre del Cielo.
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La nueva alianza no descarta la antigua en el sentido que ambas buscan la unión y obediencia a Dios, la diferencia está en que obedecemos no por la fuerza humana al cumplir preceptos sino por el cambio del corazón, un cambio espiritual.