ROSARIO de las Semanas 2022/03/30

#RosarioFrayNelson para el Miércoles:
Contemplamos los Misterios de la Infancia de Jesús

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la infancia contemplamos la Anunciación a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios.
  2. En el segundo misterio de la infancia contemplamos la visita de la Virgen Madre a su pariente Isabel.
  3. En el tercer misterio de la infancia contemplamos el sufrimiento que pasó San José, y la fe amorosa que tuvo.
  4. En el cuarto misterio de la infancia contemplamos el Nacimiento del Hijo de Dios en el humilde portal de Belén.
  5. En el quinto misterio de la infancia contemplamos la Epifanía: Jesús es luz para las naciones, y así es adorado por unos magos venidos de Oriente.
  6. En el sexto misterio de la infancia contemplamos la Presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén.
  7. En el séptimo misterio de la infancia contemplamos a Jesús Niño en el templo, ocupado de las cosas de su Padre del Cielo.

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LA GRACIA 2022/03/31 No le robemos la gloria a Dios

Aquí está nuestro pecado: No buscamos que Dios sea glorificado, sino que muchas veces le arrebatamos esa gloria queriendo ser tratados como dioses buscando reconocimiento, viviendo a nuestra manera o alejándonos de la oración.

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Reo gana caso y podrá ser ejecutado sujetando la mano de un ministro de culto

“Ramírez demandó al Estado de Texas pues la autoridad estatal le negaba la posibilidad de una ejecución en la que estuviera acompañado de un ministro de culto. El caso trascendió no sólo por la peculiaridad de la petición sino también por el tiempo: Ramírez ya había tomado su última cena y la inyección para aplicarle la pena de muerte estaba lista. Pero se detuvo su ejecución y el caso fue llevado a un tribunal superior. El Tribunal Supremo de los Estados
Unidos le ha dado la razón a Ramírez. El juez John Roberts declaró: “Es posible dar cabida a las sinceras creencias religiosas de Ramirez sin retrasar o impedir su ejecución”. La sintonía de los jueces en este caso particular ha sido abrumadora: ocho votos contra uno…”

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Y sí: hay también almas en ruinas

De los actos bellos que ha realizado el Papa Francisco, y que quedarán en mi memoria, son: (1) la bendición especial Urbi et orbi del 27 de Marzo de 2020, cuando ya se había desatado la pandemia y era tan necesario unirnos en oración; y (2) la Consagración del mundo entero, y en particular, de Rusia y de Ucrania, al Corazón Inmaculado de la Virgen María, acto que unión a numerosos obispo de todo el mundo y a incontables fieles, el día 25 de Marzo de 2022.

El hecho de que algunas almas en ruinas hayan buscado cualquier pretexto para criticar estos dos actos inolvidables del Papa Francisco muestra, sin embargo, que hemos de seguir orando, con el Papa y por el Papa, ante la certeza de que sigue habiendo muchas almas en ruinas. Eso no apagará la alegría ni la esperanza pero sí es algo que debemos hacer.

¿Qué tan larga debe ser la oración?

Podemos hablar de la oración de dos modos: primero, de la oración en sí misma; segundo, de la oración en su causa. Ahora bien: la causa de la oración es el deseo de la caridad, del cual debe proceder nuestra oración. Tal deseo en nosotros debe ser continuo, actual o virtualmente: pues su virtud permanece en cuantas obras hacemos por caridad; y, conforme se nos dice en 1 Cor 10,31: Debemos hacerlo todo para gloria de Dios. La oración, según esto, debe ser continua. De ahí las palabras de San Agustín, Ad Probam: Mediante la fe, esperanza y caridad oramos siempre en virtud del deseo continuo.

Mas la oración, en sí considerada, no puede mantenerse ininterrumpidamente por la necesidad que tenemos de ocuparnos en otros quehaceres. Antes bien, como allí mismo dice San Agustín, por este motivo rezamos en determinadas horas y tiempos a Dios, incluso con palabras: para mantenernos vigilantes gracias a estos signos sensibles; para que vayamos conociendo los progresos que hacemos en nuestro deseo y para excitarnos más a acrecentarlo. Pero la medida de cada cosa debe guardar proporción con el fin, lo mismo que la dosis de la bebida medicinal con la salud. De ahí la conveniencia de que la oración dure tanto cuanto haga falta para excitar el fervor del deseo interior y de que, en cuanto rebase esta medida, de manera que no pueda continuarse sin hastío, no se la deba alargar más. Por eso escribe San Agustín, Ad Probam: Se dice que nuestros hermanos en Egipto oran con oraciones frecuentes, pero brevísimas, lanzadas, por así decirlo, como dardos, para que la atención tensa y vigilante, muy necesaria en quien ora, no se disipe ni embote por alargarse más de lo debido. Procediendo así, muestran también con bastante claridad que lo mismo que esa atención no debe ser mantenida con fatiga cuando no da más de sí, tampoco hay que interrumpirla prontamente si todavía perdura. E igual que hay que tener en cuenta esta advertencia en la oración privada refiriéndonos a la atención de la persona que ora, hay que tenerla en la oración común refiriéndonos a la devoción del pueblo. (S. Th., II-II, q.83, a.13 resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]