“El 7 de junio de 1660, un día de mucho calor, un joven pastor de Cotignac, Gaspard Ricard, conducía sus ovejas por la ladera este del monte Bessillon. Sediento, se tumbó para descansar en el suelo pedregoso. Se sorprendió de repente al ver cerca de él a un hombre de imponente estatura que señalaba hacia una roca y le decía: “léu siéu Joúsé; enlevo-lou e béuras”; o sea, “Yo soy José; levántala y beberás”. Era una piedra grande, ocho hombres apenas podrían moverla; ¿cómo iba él a levantarla? Gaspard no se movió, pero San José repitió la orden. El pastor obedeció, desplazó la roca, y encontró debajo agua fresca que empezó a manar. Bebió y, cuando se levantó, la aparición ya había desaparecido. Fue corriendo al pueblo a dar la noticia, y al llegar los curiosos al lugar, pudieron comprobar que fluía agua en abundancia en un sitio donde nunca había habido un manantial…”
Haz clic aquí!