Padre buenos días, una consulta, ¿Existe alguna contradicción entre la parábola del “hijo pródigo” y el texto de la oveja perdida, entre el padre que espera en casa y el pastor que sale a buscar? — A.V.
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Estos textos nos muestran que Dios no obra siempre del mismo modo.
En ocasiones es necesario probar hasta el fondo las consecuencias de nuestras malas decisiones; esto se cumple especialmente cuando nuestra soberbia ha entrado en juego y entonces hay que derribarla, a menudo con la fuerza de humillaciones y fracasos. No es desquite de Dios sino su hermosa pedagogía.
En otras ocasiones, por el contrario, la enfermedad principal no es la arrogancia ni la presunción, y en cambio se cumple que nuestro nivel de extravío es tan grande que ni siquiera sabríamos adónde ir. En tales situaciones brilla de otro modo la compasión de Dios, hasta el extremo de salir en nuestra búsqueda.