“No sé si ustedes se habrán apercibido, pero últimamente se ha hecho muy común un grave vicio del intelecto: muchas personas, incluido en ocasiones yo mismo, hacemos poco uso de la reflexión, y además, en las cada vez más escasas ocasiones en que nos ponemos a pensar, esta operación con frecuencia no responde a un proceso racional. Gran cantidad de gente se lanza hoy a actuar movida por impulsos y sentimientos, bajo el dominio de sus apetitos, que son quienes se han adueñado de su voluntad. Así vemos, día sí día también, socavarse impunemente los más básicos principios de la lógica…”