“Diferentes medios de comunicación -los de siempre más Trudeau- se han aventurado a insinuar los acontecimientos calificándolos de genocidio y a culpar exclusivamente a la Iglesia católica por ellos. Ante todo, habría que recordar que las residencias no fueron iniciativa de la Iglesia ni de ninguna otra confesión religiosa sino totalmente proyectos del gobierno civil que buscaba integrar a la población nativa a la sociedad canadiense a través de instituciones con esa finalidad…”
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