Sin quitar nada a lo que tenemos en nuestra Fe o doctrina católica, ¿cuál sería la diferencia en llamarle en vez de ‘religion’ decir solamente: Filosofía Católica, o Filosofia Cristiana; Conciencia catolica o Conciencia Cristiana? — J.L.R.
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Hay varias razones–por lo menos tres–por las que la religión cristiana y católica no puede reducirse a una especie de “filosofía” o a un modo de “conciencia”:
1. La filosofía tiene como base y método únicamente la razón humana; la religión tiene su fundamento último en aquello que Dios nos ha dejado saber sobre Él mismo, la creación, el lugar del ser humano en su plan, el daño del pecado y la restauración de la redención. Nada de esto es accesible a la sola razón humana.
2. El punto central de nuestra fe es la proclamación de la donación de la gracia por el sacrificio de Cristo y la efusión del Espíritu Santo. ¿Qué entendemos por gracia? La gracia no es una idea, ni menos una idea que pudiera deducirse o inferirse de otras ideas, como lo hace filosofía. La gracia es una acción, un actuar de Dios, del cual sabemos por el testimonio de personas que lo han vivido. Eso no sucede con los métodos de la filosofía.
3. La fe viva no se limita a aceptar simplemente unos enunciados–una doctrina–sino que implica vivir lo que uno cree; y esta práctica de la fe tiene su lugar propio en una comunidad de fe, que finalmente es la Iglesia. El quehacer filosófico no cuenta con ese elemento, ni lo destaca, ni lo defiende, ni afirma su importancia.
Es, pues, evidente que nuestra fe y nuestra religión cristiana y católica no pueden reducirse a los márgenes de una estructura mental, aunque sea muy sofisticada, como es el caso de la filosofía.