“Cada vez son menos los novios que deciden casarse por la Iglesia. Solo en los últimos diez años el número de matrimonios canónicos se ha reducido a menos de la mitad, pero «no es una crisis sociológica, es una crisis de esperanza. A los jóvenes les sigue atrayendo un amor para siempre, un amor respetuoso, hermoso y fiel. Pero nos encontramos con chavales que han caído en una especie de cinismo y lo dan por imposible. Sin embargo, la Iglesia es la única institución del mundo que defiende que sí es posible, porque el plan de Dios es ese. Entonces, la pastoral de la Iglesia tiene que ir encaminada a que la gente descubra que ese amor con el que sueñan se puede hacer realidad», explica Lucas Buch, coorganizador de las jornadas Acompañar a los jóvenes en el noviazgo, celebrado la semana pasada en la facultad de Teología de la Universidad de Navarra…”
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