Ver más allá

“Estamos terminando la Cuaresma, la Semana Santa está muy cerca. Echando un vistazo a lo que han publicado estos días los diferentes portales católicos, puedo afirmar que la Iglesia anda llena de líos mundanos y humanos, pero se olvida de lo sobrenatural…”

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Comienzo del ministerio de San Luis Bertrán

Estudio y santidad

En sus primeros tiempos de religioso, no acertó fray Luis a dar a su vida una forma plenamente dominicana. Tan centrado andaba en la oración y la penitencia, que no atendía suficientemente a los libros, «porque le parecía que los estudios escolásticos eran muy distractivos». Muy pronto el Señor le sacó de esta equivocación, haciéndole advertir el engaño, y fray Luis tomó para siempre el estudioso camino sapiencial de Santo Tomás, convencido ya de que el demonio «suele despeñar en grandes errores a los que quieren volar sin alas, quiere decir, contemplar sin saber». En adelante, San Luis Bertrán, como buen dominico, unirá armoniosamente en su vida oración y penitencia, estudio y predicación.

Primeros ministerios

En 1547 fray Luis fue ordenado sacerdote. Y poco después, a la edad de veintitrés años, caso muy poco frecuente, recibió el nombramiento de maestro de novicios del convento de Valencia. La importancia de aquel ministerio era clave, pues allí se forjaban los religiosos de la provincia dominicana de Aragón. Y recuérdese, por otra parte, que en aquellos años formaban el noviciado dominicano no sólo los religiosos novicios, sino todos los profesos todavía estudiantes, que no habían sido ordenados sacerdotes. Siete veces en su vida hubo fray Luis de ser maestro de novicios, y esta faceta, la de formador y maestro espiritual, fue la más característica de su fisonomía personal.

San Luis Bertrán, débil en su naturaleza y fuerte en el Espíritu, era como maestro espiritual muy exigente, sobre todo en asuntos de humildad y de obediencia, y «con gran facilidad quitaba el hábito y devolvía sus ropas de seglar a los que no sentaban el pie llano». Sin embargo, la radicalidad profética de aquel joven maestro, su ejemplaridad absoluta, la ternura de su firme caridad, hizo que fuera muy amado por sus novicios, que a lo largo de los años formaron una verdadera escuela de fray Luis Bertrán.

También en esta fase de su vida estuvo a punto de dar un paso en falso. Doliéndose de los estragos que el luteranismo hacía por esos años, se obstinó en irse a estudiar a Salamanca «para después poder defender nuestra fe contra los herejes». Todos sus compañeros, y también el prior fray Juan Micó, trataron de disuadirle; pero él, con el permiso del padre General, logró ponerse en camino hacia el convento de San Esteban, en Salamanca. Llegado a Villaescusa de Haro, a través de un padre de mucho sentido espiritual, de nuevo el Señor le hizo ver que aquello era tentación de engaño, y que debía regresar al convento de Valencia, como así lo hizo.

Aunque la misión principal de fray Luis Bertrán fue la de maestro de novicios, también tuvo años de gobierno. A los treinta y un años fue elegido, por voto unánime, prior del convento de Santa Ana de Albaida, a cien kilómetros de Valencia, y allí mostró que, siendo tan místico y recogido, tenía capacidad para gobernar espiritualmente, gestionar asuntos, estar en todo y resolver problemas.

Concretamente, el convento de Santa Ana pasaba por una extrema pobreza, y «sin ser él pedigüeño, ni molestar a nadie, ni hacer diligencias extraordinarias para sacar dineros, ni curando de acariciar mucho la gente, antes siendo algo seco, nuestro Señor, que es el universal repartidor de las limosnas, movía los corazones de los fieles para que le socorrieran bastantemente». En especial durante la noche, pasaba muchas horas en oración, y allá resolvía todo con el Señor, también la penuria de la casa, hasta el punto de que la comunidad estuvo en situación de dar grandes limosnas a los pobres. Y así decía fray Luis: «Si mucho damos por acá (señalando la portería), más nos vuelve Dios por allá (y señalaba la iglesia)».


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

ROSARIO de las Semanas 20190410

#RosarioFrayNelson para el Miércoles:
Contemplamos los Misterios de la Infancia de Jesús

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la infancia contemplamos la Anunciación a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios.
  2. En el segundo misterio de la infancia contemplamos la visita de la Virgen Madre a su pariente Isabel.
  3. En el tercer misterio de la infancia contemplamos el sufrimiento que pasó San José, y la fe amorosa que tuvo.
  4. En el cuarto misterio de la infancia contemplamos el Nacimiento del Hijo de Dios en el humilde portal de Belén.
  5. En el quinto misterio de la infancia contemplamos la Epifanía: Jesús es luz para las naciones, y así es adorado por unos magos venidos de Oriente.
  6. En el sexto misterio de la infancia contemplamos la Presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén.
  7. En el séptimo misterio de la infancia contemplamos a Jesús Niño en el templo, ocupado de las cosas de su Padre del Cielo.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

LA GRACIA del Jueves 11 de Abril de 2019

Si no hay nada que frene el plan de Dios la muerte ya no tiene poder sobre mí, experimento su gran amor y encuentro la verdad, la libertad y la perfecta unión con Él.

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Lejeune era un visionario

“En el 25º aniversario de la muerte del científico que descubrió la causa del síndrome de Down, la fundación que lleva su nombre publica un libro con nueve conferencias inéditas. A caballo entre la ciencia, la filosofía y la teología, «en todo quería manifestar siempre la grandeza de la creación»…”

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Qué y a quiénes se deja por el Evangelio

En esta ocasión quisiera preguntarle si estoy interpretando bien un fragmento del evangelio según san Marcos, que dice lo siguiente: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, no quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna.» Nuestro Señor no menciona “esposa” o “mujer”, ¿será porque la indisolubilidad del matrimonio es tal que Cristo nos enseña que el hombre se quede con su esposa, y le sirva desde su hogar, y no que la deje a causa del evangelio y la predicación? — B.C.

* * *

Yo creo que tu interpretación es correcta. No dice Cristo que se deje a la esposa aunque, en ciertas circunstancias sí podría dejarse a los hijos para entregarse al Evangelio, por ejemplo, si ellos han crecido y son independientes, como se espera de hijos adultos. La unión en cambio con la esposa está llamada a perdurar porque en sí misma esa unión es un servicio al Evangelio. En efecto, el hermoso testimonio de comprensión, apoyo mutuo, fidelidad y perdón que dan los matrimonios es un bien para todo el pueblo cristiano.

Algo que la Iglesia permite es que, si han cesado las responsabilidades mayores e inmediatas con los hijos, de común acuerdo esposo y esposa pueden ingresar a la vida religiosa. Pero debe entenderse que su servicio a Cristo no empieza sino que solo cambia si llegan a ese acuerdo mutuo.

Otra cosa que hay que destacar es que el hecho de que no se mencione dejar la esposa pone un límite a esa opinión que se repite con tanta facilidad como falta de fundamento. ¿Quién no ha oído aquello de que “los apóstoles eran casados”? Del único que consta que estuvo casado es de Pedro porque se menciona su suegra (por ejemplo, en Lucas 4,38-44). pero, como lo han observado varios estudiosos, el hecho de que la suegra viviera con Pedro y que no se mencione en ningún momento, y en ninguna parte del Nuevo Testamento, a esposa o hijos de él, hace suponer que el pescador de galilea ya era viudo y muy probablemente sin hijos, cuando Jesús lo llamó al apostolado. Así que sea esta buena ocasión para quitar de en medio ese sofisma en contra de la práctica del celibato en la Iglesia Católica en Occidente.

365 días para la Biblia – Día 222

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 222 de 365

Ester 6–8
Eclesiastés 6
Lucas 4,31-44

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.