“«Teníamos nuestras vidas exteriores, pero ahora estaba sucediendo algo en el interior, un bebé creciendo, una niñita […] esta pequeña vida naciente que ahora me daba codazos y presionaba mi vejiga con su talón. Nunca estaba sola ni me sentía sola. Ella estaba allí, siempre, mientras yo iba en coche a trabajar o cortaba las verduras para hacer una ensalada o estaba tumbada por la noche en la cama…”
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