“Apenas concluida la votación en el Senado, que les resultó desfavorable, los promotores del aborto legal se lanzaron a la operación de contrarrestar la derrota. En lugar de reflexionar sobre lo sucedido y sus propios errores o buscar entender lo expresado por los argentinos a través de sus representantes, se abocaron a tratar de disfrazar en el plano virtual la paliza que les dio la realidad. Pensar que muchos de ellos fueron hasta hace poco furibundos críticos de la estrategia del “relato”… El tema empezó en las redes, con mensajes del tipo “igual ganamos”, “tarde o temprano será ley”, “es inevitable”, etcétera, respaldados y amplificados por la mayoría de los medios. “Ganamos la batalla cultural” fue una de las frases favoritas, cuando eso es precisamente lo que perdieron. Sin duda hubo una batalla cultural. Pero no la ganaron…”