Espiritualidad y abnegación de un obispo santo

Oración y penitencia

La clave de cada persona está siempre en su vida interior. Santo Toribio, al decir de quienes más le conocieron, vivía «en perpetua y continua oración y meditación» y «andaba siempre embebido en El como un ángel». Por eso «sus pláticas no eran otra cosa sino tratar de Dios y de su amor». En medio de grandes trabajos y graves negocios, «vivía con Dios en una quietud de su alma, que no parecía hombre de carne». Según decían, verle rezar era un verdadero sermón, era la mejor predicación posible sobre la majestad del Dios, la bondad de Dios, la hermosura de Dios.

En realidad, Santo Toribio vivía siempre en oración. Durante los viajes interminables de sus Visitas pastorales, que le llevaban tantas horas y días, iba muchas veces retirado del grupo para poder orar. Y aún dedicaba más tiempo a la oración cuando estaba en Lima, donde paraba poco.

Conocemos al detalle el horario de estas estancias en Lima por un informe de su íntimo secretario particular Diego de Morales, uno de sus capellanes. Se retiraba el Santo hacia las doce de la noche, y se levantaba a las cuatro y media, pero al parecer «dormía muy poco», y buena parte de la noche estaba orando. Dedicaba a la oración dos o tres horas al comienzo del día, dos horas a fin de tarde, y otras dos por la noche. A las audiencias y otros asuntos dedicaba de ocho de la mañana a las dos de la tarde, hora en que comía, y otros ratos de la tarde.

«Su comida es muy escasa, y su cama una tabla con una alfombra, y todo lo demás de su vida responde a esto». No desayunaba, y ordinariamente no cenaba o «no tomaba más que un poco de pan y agua o una manzana verde». Su comida era tan frugal que un testigo próximo a él «no le vió comer aves, ni huevos, ni manteca, ni leche, ni tortas, ni dulces». Por otra parte, estando en su sede, jamás comió fuera de casa; y esta norma, que ya se fijó nada más llegar a Lima, la conocían y respetaban todos, también los Virreyes.

Todo hace pensar que tan extrema austeridad era vivida por Santo Toribio en parte por mortificación, pero también para dar a los españoles, y al clero en especial, un ejemplo máximo de pobreza, del cual a veces estaban no poco necesitados en el Perú. Esta anécdota ilustra bien la firmeza, y al mismo tiempo la gentileza y cortesía, con la que vivía Mogrovejo tan extrema abstinencia. Un hermano lego dominico le trajo un día, como regalo del Provincial, un cesto con una docena de manzanas. «El señor arzobispo llegó a la cestilla y alzando una hoja de parra tomó una manzana en las manos y dijo con mucho contento y risa: ¡qué linda cosa! y se volvió a este testigo diciendo: “mirad qué lindo”, y la volvió a poner en la cestilla y tapó con la hoja de parra, y dijo al fraile que besaba las manos al dicho Vicario Provincial por el regalo, que él estaba al presente bueno y que aquello sería a propósito para los enfermos de su casa, y así salió el fraile con la cestilla de la presencia del señor arzobispo; porque llegaba su limpieza a tanto como a esto, que jamás en mucho ni poco recibía cosa, aunque fuese de amigo y criado suyo».

Luis Quiñones, sobrino de Mogrovejo y vecino suyo de habitación, afirmaba que el santo arzobispo «se azotaba las más de las noches cruelmente», y el médico que por esta causa hubo de atenderle en alguna ocasión «se había enternecido de ver la carnicería que en las espaldas había hecho». Con todo esto, tiene razón Morales cuando dice que «parecía cosa sobrenatural el haber podido vivir tanto como vivió con tanta abstinencia que tuvo y poco regalo».

Y fray Mauricio Rodríguez: «Para lo mucho que trabajaba y lo poco que comía y la mortificación de su cuerpo y cilicios, se veía era cosa milagrosa cómo podía vivir y andar tan alentado y ágil por caminos y punas y temples rigurosos; y pareció que Nuestro Señor le sustentaba para bien de la Iglesia y amparo de los pobres». En fin, aunque sea sólo una frase, es significativo que en la carta del arzobispo Villarroel al Papa, pidiendo la beatificación de Mogrovejo, refiere la muerte de éste con la expresión «inedia confectum» (muerto de hambre).

La vida de Santo Toribio no abunda en actos extraordinarios o milagrosos. Pero toda ella fue un milagro de la gracia de Cristo.

La última visita del santo arzobispo

El 12 de enero de 1605, al iniciar su tercera y última Visita general, Santo Toribio era consciente de que su vida y ministerio llegaban a su fin. A su hermana Grimanesa le dijo al despedirse: «Hermana, quédese con Dios, que ya no nos veremos más».

No hacía mucho que había regresado de unas duras y fatigosas entradas a los temibles yauyos y a los macizos de Jauja. Ya con 66 años, una vez más, sacando fuerzas de Cristo Salvador, allá va de nuevo por las inmensas distancias de Chancay, Cajatambo, Santa, Trujillo, Lambayeque, Huaylas, Huarás… La Semana Santa de 1606 está en Trujillo. Quiso ir a Saña, a consagrar los óleos, pero se lo desaconsejaron vivamente, «por ser tierra muy enferma y cálida y que morían de calenturas».

Sin hacer caso de ello, emprendió el camino de Saña, haciendo un alto en Pacasmayo, donde los agustinos tenían un monasterio de Guadalupe, y allí pudo rezar a la Virgen morena, la extremeña amada de los conquistadores. Más visitas: Chérrepe y Reque. A Saña llegó muy enfermo, y a los dos días, el Jueves Santo, 23 de marzo de 1606, a los 67 años de edad, entregó su vida al Señor quien no había hecho otra cosa en todo el tiempo de su existencia.

Bartolomé de Menacho, que acompañaba en Saña al arzobispo, cuenta que aquel día pidió que le dejaran solo y se fueran a comer. «Estando en la antesala comiendo, oyeron que dijo el señor arzobispo: “Ya te he dicho que eres muy importuno, vete, que no tienes qué esperar aquí”. Las cuales oídas se levantaron con gran prisa y entraron en la cámara del dicho señor arzobispo, donde no vieron a persona alguna. Y él les dijo que no le dejasen, porque era llegado el tiempo de su partida. Y díjoles que abriesen el Libro Pontifical, para que le dijesen lo que en él está cuando muere el prelado. Y andando hojeando les pidió el dicho libro y señaló lo que dijo que le leyesen y dijesen allí en voces, y cruzando las manos con actos cristianísimos de un santo como era, habiendo recibido todos los sacramentos, dió la alma a Dios Nuestro Señor».

Santo Toribio de Mogrovejo fue canonizado en 1726, y en la santa Iglesia Catedral de Lima reposan sus restos. Bendita sea la memoria del santo patrón de los obispos iberoamericanos. Alabado sea Cristo, que lo hizo, y la santa Madre Iglesia que lo engendró.


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

ROSARIO de las Semanas 20180627

#RosarioFrayNelson para el Miércoles:
Contemplamos los Misterios de la Infancia de Jesús

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la infancia contemplamos la Anunciación a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios.
  2. En el segundo misterio de la infancia contemplamos la visita de la Virgen Madre a su pariente Isabel.
  3. En el tercer misterio de la infancia contemplamos el sufrimiento que pasó San José, y la fe amorosa que tuvo.
  4. En el cuarto misterio de la infancia contemplamos el Nacimiento del Hijo de Dios en el humilde portal de Belén.
  5. En el quinto misterio de la infancia contemplamos la Epifanía: Jesús es luz para las naciones, y así es adorado por unos magos venidos de Oriente.
  6. En el sexto misterio de la infancia contemplamos la Presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén.
  7. En el séptimo misterio de la infancia contemplamos a Jesús Niño en el templo, ocupado de las cosas de su Padre del Cielo.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

20 citas bíblicas sobre el purgatorio

“La doctrina de la Iglesia sobre el Purgatorio encuentra su fundamento en la Biblia cuando esta se sabe interpretar correctamente. En este artículo daré una gran cantidad de citas a favor del purgatorio. No son argumentos explícitos y directos, pero si implícitamente podemos encontrar el concepto de una purificación posterior a la muerte, que es en lo que consiste el purgatorio…”

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Frente a los antitestimonios de los sacerdotes

Fray Nelson, es verdad que en la iglesia existieron y existirán personas que dañen la imagen misionera y evangelizadora a través de su sacerdocio, laicado etc. ¿Cuál debe ser la postura de los católicos ante los sacerdotes o religiosas golpeadores y pedófilos? En las redes sociales se busca desprestigiar a toda la iglesia sólo por el error de unos cuantos, ¿qué debemos hacer cuando veamos ese tipo de publicaciones? ¿Entramos en la confrontación?

* * *

Ante todo, tu pregunta ayuda a que todos tomemos conciencia de las repercusiones de nuestros actos. El famoso video del cura que le da una cachetada a un bebé llorón dura unos pocos segundos. Un momento de impaciencia, sin duda. Pero ¡cuánto daño ha hecho esa cachetada! En la época digital, quienes amamos a la Iglesia y la servimos debemos partir de la base de que TODO está siendo filmado y será potencialmente publicado.

Otra advertencia: el apóstol San Pedro nos dice que el diablo ronda como león rugiente (1 Pedro 5,8). eso vale para cada persona considerada individualmente pero también para todas las formas de presencia y vida de la Iglesia. Una emisora católica, una comunidad religiosa, un colegio de religiosos… será siempre objeto de odio por el demonio y cualquier falla nos la van a cobrar muy caro.

Por supuesto es injusto esa manera de juzgar a la Iglesia. ¿Qué tal juzgar a todos los médicos o a la medicina como práctica de la sociedad solo porque uno encontró un médico vanidoso, mentiroso o agresivo? Obviamente la gente usa medidas muy distintas y cuando se trata de la Iglesia se considera autorizada para juzgar y condenar con fuerza y con odio.

¿Por qué tanta gente obra de ese modo injusto? Porque aprovechan el momento de atacar a la Iglesia para considerarse eximidos de cualquier cosa que diga la misma Iglesia. Es algo así como una oportunidad de emancipación. Hablar mal de la Iglesia y desacreditarla es una forma de silenciar su voz. Y silenciarla es deseable para muchas personas e ideologías porque quieren declararse “libres” para hacer lo que les venga en gana, o para cambiar de religión o para imponer sus propios “dioses.”

Conclusión: necesitamos conversión, sabiduría y vigilancia. Pero también hay que ayudar a quienes critican fácilmente a que se den cuenta de su coherencia para que así se pregunten qué es lo que en realidad les mueve a querer separarse de la voz de Cristo y de su Iglesia.

ROSARIO de las Semanas 20180626

#RosarioFrayNelson para el Martes:
Contemplamos los Misterios de la Antigua Alianza

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la Antigua Alianza contemplamos la paciencia de Dios, que no detuvo su amor ante el pecado de los hombres.
  2. En el segundo misterio de la Antigua Alianza contemplamos el camino de fe de Abraham.
  3. En el tercer misterio de la Antigua Alianza contemplamos el éxodo de la tierra de Egipto.
  4. En el cuarto misterio de la Antigua Alianza contemplamos el don de la Ley hecho a Moisés y a su pueblo junto al Monte Sinaí.
  5. En el quinto misterio de la Antigua Alianza contemplamos la gran promesa de Dios al rey David: que el cetro real no se apartaría de su descendencia.
  6. En el sexto misterio de la Antigua Alianza contemplamos la valiente vocación de los profetas, por quienes el Espíritu Santo nos habló de muchas maneras.
  7. En el séptimo misterio de la Antigua Alianza contemplamos a el pequeño resto de Israel, que permaneció fiel y fue semilla de la Nueva y Eterna Alianza.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]