“Se ha convertido en un arma de todo aquel que no resiste una concepción diferente a la que se tiene. Es un elemento usado para coartar opiniones simplemente porque no les gusta y las tacha desde su única y propia percepción como ofensiva u odiosa y por consiguiente debe ser obligatoriamente silenciada, y eso es totalitarismo que no concuerda con la democracia en ningún sentido…”
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