(1) Amar es buscar el bien del otro; ello implica inteligencia y voluntad. (2) El amor supone un camino, que va desde la lógica de la transacción hacia la lógica de la gratuidad. (3) Maestro y fuente de la gracia es Jesucristo, nuestro Señor: cuanto más nos alimentamos de Él, más nos acercamos a su modo de amar, que es fiel, capaz de perdón y en todo fecundo. (4) Es Cristo quien hace realidad los dones de naturaleza de gracia en nosotros, incluyendo los importantes dones de la diferencia y la complementariedad entre hombre y mujer.