El misionero de los pies alados
Por esas fechas le llegó [al franciscano fray Margil] nombramiento de rector del Colegio de la Santa Cruz de Querétaro. La Orden franciscana no había elegido para ese importante cargo a un fraile lleno de diplomas y erudiciones, sino a un misionero que llevaba trece años «gastándose y desgastándose» por los indios (+2Cor 12,15). Todos lloraron en la despedida, fray Margil, fray Blas y los indios. En dos semanas, no se sabe cómo, con su paso acelerado, se llegó fray Margil a Santo Domingo de Chiapas, a unos 600 kilómetros. Y en diez días hizo a pie el camino de Oaxaca a Querétaro, que son unos 950 kilómetros….
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