El Papa Francisco hará una visita apostólica al Santuario que recuerda las apariciones de la Santísima Vrgen en Fátima, con motivo de los 100 años de la primera de ellas, el 13 de mayo de 1917. Este acontecimiento no debe pasar desapercibido porque nos da claves de lectura muy importantes sobre cómo hoy se siguen utilizando estrategias derivadas directamente del mismo marxismo que la Virgen lamentó y denunció en su momento. Más información hacienco clic aquí.
No se trata simplemente de un asunto político: el neomarxismo es una poderosa herramienta de alteración y dominio de la sociedad a través de la exaltación de grupos que han sufrido injusticias, de modo que una mezcla de compasión, indignación y luego odio produzca la fuerza necesaria para dividir a la misma sociedad y asegurar en el poder a unos cuantos, que se han autodenominado representantes y “liberadores” de los oprimidos. Para Marx estos oprimidos eran los proletarios; para Mao Tse-Tung, los cmapesinos para régimen imperial; para Castro, los explotados por los cultivos de caña; para Hugo Chávez, el pueblo pobre de Venezuela. Pero los frutos son los mismos: sociedades divididas, marcadas profundísimamente por el odio, y una casta que ha subido al poder con astucia y que no saldrá sin un coste inmenso de sangre humana.
El llamado de la Virgen es claro: repito, no se trata en primer lugar de hacer política sino de empezar, cada uno, por una conversión profunda y sincera de nuestros corazones, a partir de la oración y la penitencia.