Con motivo del plebiscito en Colombia he visto muy “activos” a algunos jerarcas de la Iglesia, impulsando el “Sí” y he visto a algunos sacerdotes haciendo propaganda abierta o sutil a favor del “NO.” ¿No se supone que hay una separación entre Iglesia y Estado, y entre política y religión? ¿Por qué hacen eso produciendo muchas veces confusión en la gente? Respetuosamente,
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La religión no puede estar ausente de las grandes decisiones morales del ser humano porque no puede desinteresarse de su bien y de su mal. Desde la política pueden hacerse grandes bienes, por ejemplo en el orden de la justicia social, o grandes males, por ejemplo aprobando leyes contrarias a la dignidad de la vida humana, o contrarias al bien de la familia, célula fundamental de la sociedad.
Una cosa es hacer política como simple codicia del poder, o conveniencia egoísta de que un determinado grupo gane, y otra cosa es iluminar la conciencia sobre las consecuencias de las opciones políticas que pueblos enteros van a tomar. Esto segundo es una misión irrenunciable de la Iglesia.
Esta responsabilidad, que atañe principalmente a los sacerdotes, cobra particular gravedad cuando está involucrado el bien de los niños, o de otros sectores de la población que se encuentran en condición de absoluta indefensión. Callar, en tales circunstancias, no seria moralmente “neutro,” si es que algo así existe, sino que sería gravísima complicidad. Es necesario entonces hablar a tiempo, aunque respetando en todo la voz de la conciencia en cada uno.