Invitación a la Contemplación, 7 de 9: Sobre el papel de los símbolos

* Memoria (resumen de la charla 6)

(1) La contemplación siempre se basa en los salmos. Los salmos nos acercan a Dios a través de la memoria de una historia.

(2) El Pueblo de Dios empieza recordando las obras de Dios. Esta manera de contemplar a Dios marca un diferencia fundamental sobre cómo se concibe la meditación cristiana frente a otros tipos de meditación.

* Símbolo

(1) Hay una gran abundancia de símbolos en este salmo 80 y el que más destaca es el de la viña. … De Egipto arrancaste una viña, expulsaste pueblos para plantarla, luego cuidaste el terreno, echo? raíces y lleno? la tierra, donde el Pueblo se mira a sí mismo como una vid que crece.

(2) El profeta Isaías 5 también usa de la imagen de la vid en su canto de amor del amigo y la viña.

(3) En Juan 15 se habla de Jesús como la Vid verdadera, diciendo que el sarmiento que no da fruto el Padre lo poda.

(4) Oseas 4, 18 habla de la vid infiel, porque cuanto más prospera era más infiel se convertía.

(5) En el Apocalipsis 14, 20 aparece la imagen del lagar.

(6) Los Símbolos son puentes, no simples metáforas, sino vías que conectan diversos momentos de la revelación de Dios con nuestra propia vida. No son simplemente conocimientos externos de algo que sucedió, sino que se dan para ser asociados con nuestras vidas. No siempre es fácil encontrar la asociación pero están ahí. Esos símbolos unen la Palabra de Dios con nuestra vida y aún más en concreto llegan hasta nuestro corazón.

(7) Estamos llegando a lo nuclear de la Contemplación cristiana.

* Corazón

(1) “Ya no volveremos a apartarnos de ti; nos darás vida y tu nombre invocaremos” aquí podríamos ver perfectamente la historia de un hombre que estuvo alejado y separado de Dios y luego por misericordia divina volvió. Esto es lo que se llama Contemplación y meditación cristiana. De la memoria se pasa al símbolo y del símbolo se llega al corazón del que ora.

(2) Otro ejemplo: “Saliendo, pues, de noche por la puerta del Valle, me dirigí hacia la Fuente del Dragón y hacia la puerta del Muladar: inspeccioné la muralla de Jerusalén por donde tenía brechas, y las puertas que habían sido devoradas por el fuego” (Nehemías 2, 13).

(3) En los Salmos nos hemos de ver reflejados. En los Salmos vemos nuestras historias contadas hace miles de años en un lenguaje simbólico. Los Salmos están para ser degustados; en ellos, así nos duela, podemos comprobar cómo está la Iglesia–sin pretender que nosotros somos mejores.

(4) Estos Símbolos conforman un tejido y forman una red que nos permite recorrer la Historia de la Iglesia y nuestras historias particulares. Con Memoria (y tiempo para ejercitarla) y estos Símbolos se puede orar de una manera contemplativa.

* Para terminar de entender esta enseñanza que nos ha venido del rey David fijémonos en dos columnas: la primera consta de novedad, cosas, control y Ciencia. Mientras que la segunda se compone de profundidad, personas, camino y Sabiduría.

(1) En la Ciencia (Tecnología) lo que importa es la novedad. Una vez demostrado algo, el conocimiento nunca da vuelta atrás. Sin embargo, en la Sabiduría buscamos la profundidad y un mismo texto de la Biblia se puede leer en diferentes etapas de la vida proporcionando un contenido mayor y más penetrante. Llegan momentos en la vida en los que repetimos las mismas palabras, pero no significan lo mismo. La Ciencia se ocupa normalmente de cosas, mientras que el Conocimiento Sapiencial o contemplativo ser refiere a personas.

(2) La Contemplación busca la profundidad, no la novedad. La vida contemplativa es el permiso que tú le das al Espíritu Santo para que la Palabra de Dios se forme en ti y crezca en tu corazón. Ser contemplativo es abrir nuestro corazón y nuestra mente al poder del Amor de Dios para que Dios crezca en nosotros hasta llegar a la estatura de Dios (Ef. 4, 16).

(3) Mientras que con la Ciencia uno quiere control para atrapar las cosas, en cambio, en la Vida Contemplativa uno quiere un camino para recorrer y ser llevado a la verdadera Meta.

Invitación a la Contemplación, 6 de 9: Sobre la Memoria

Sobre la Memoria

* Se hizo una experiencia con un monje budista y una monja carmelita en la que se pusieron electrodos en sus cabezas midiendo en un encefalograma las ondas cerebrales registradas mientras ambos hacían meditación. Dicen que finalmente el tipo de ondas registradas (ondas alfa) son similares y de ello algunos concluyen que no importa el contenido de la religión que profesen.

* Se ha difundido la idea que no importa lo que tú creas, el contenido de la fe es lo de menos. Dos autores de espiritualidad que vergonzosamente han apoyado esta idea son: el monje trapense, poeta y pensador estadounidense Thomas Merton y el sacerdote jesuita y psicoterapeuta Anthony de Mello.

* Para Anthony de Mello lo importante es la Iluminación, que implica un “caer en la cuenta” de muchas cosas y empezara ser mejor persona. El contenido neto de lo que hay que descubrir no interesa. No importa en lo que se crea o incluso si no se cree. Un movimiento parecido es el llamado Buenismo, en el que da igual todo, basta con no tener sentimientos criminales y sobre todo ser muy tolerante. Esta manera de pensar es un sofisma con efectos devastadores para la fe. En 1998, diez años después de la muerte de Anthony de Mello, la Congregación para la Doctrina de la Fe (dirigida por el entonces cardenal Ratzinger) investigó sus escritos y calificó algunos de ellos como incompatibles con una recta presentación de la fe católica.

* El registro de ondas cerebrales que coinciden (caso de la experiencia del encefalograma) no es suficiente como para decir que en términos éticos, de arte, o de mística,
da lo mismo cualquier religión.

* Hablemos del Budismo, cuyo fundador fue Siddhartha Gautama, Buda, alrededor del siglo V a. C. Nace del Hinduismo donde hay miles y miles de dioses, contra los que se rebela Siddharta. Su convicción es que el problema central es otro.

(1) De lo que se trata básicamente es de eliminar el deseo a través del control del cuerpo. Eso es lo fundamental, desocupar la mente. La mente que llega a la nada, llega al todo. Para los budistas el yo es una ilusión. El budismo quiere ayudarme a que no tenga deseos y ulteriormente incluso a eliminar el propio yo.

(2) Para los budistas, la razón no es útil en cuanto al sufrimiento; para descoyuntar la razón lo que hace es llevarla a su límite con enigmas. ¿Cuál es el sonido que hace una mano aplaudiendo? Esa es una pregunta bien hecha (gramaticalmente) pero sin solución racional.

(3) El budismo quiere que te desintereses de todo. Quiere que puedas aceptar lo que eres sin necesidad de desear un cambio. Con la disolución del yo entonces descubrirás que en realidad no existías. En realidad, tampoco importa que no existieses: alcanzaste el Nirvana.

(4) Una persona que representa este proceso es el Dalai Lama. El Budismo parece muy atractivo. Ojo con la palabra meditación porque se ha tergiversado. Para un budista es el vaciamiento de la mente (mente en blanco) y eso es totalmente incompatible con el Cristianismo.

* La Meditación cristiana: ¿en qué consiste?

(1) La Meditación cristiana no quiere la eliminación del sufrimiento. El sufrimiento puede ser formativo y puede tener su lugar. No se trata de sufrir por sufrir. No es nuestra meta, pero nuestra meta tampoco es implemente “parar de sufrir.”

(2) ¿Cuál es nuestra meta? ¿Hacer obras sociales y promoción humana, como propone una lectura reducida de Mt. 25? No, porque el Cristianismo se convertiría en una simple opción política o social. Gaudium et Spes nos da la clave cuando nos habla del Cielo y del cultivo hacia el Reino futuro. El Cristianismo no se reduce a un puro donar mercados o ser solidarios.

(3) Si vamos a la Sagrada Escritura encontramos la palabra clave. En 1 Jn. 1, dice que nosotros damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna “para que también vosotros estéis en comunión con nosotros
Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo.” Nuestra meta es ser y hacer Comunión (koinonía), que es unión de ser.

(4) Nuestra Comunión está dirigida hacia Dios, como muy bien nos recuerda la regla de San Agustín: Anima una, et cor unum in Deum! Ese es el Cristianismo.

* La Contemplación cristiana es única porque la Contemplación cristiana es un camino hacia, se hace y está siempre dentro de la Comunión. El Cuerpo de Cristo nos hace miembros de la familia de Dios. Jesucristo ora al Padre implorando que todos seamos uno.

* Los consagrados que tendríamos que ser expertos en Contemplación hemos dejado de hacerla y hemos provocado gran confusión al practicar o permitir que se practiquen, sin reato de conciencia, cosas como la meditación trascendental.

* La gran diferencia está en la Memoria. Nuestra Comunión comienza en la Memoria. Estamos en Comunión con nuestros antepasados, con nuestra familia en espíritu, con la de sangre y con ellos con el plan de Dios.

* Hacer memoria tiene varios niveles:

(1) me hace entrar en Comunión y me muestra mi raíz

(2) me hace ver quién soy y hacia dónde voy

(3) me conserva en la certeza de que soy hechura de Dios.

* La Memoria tiene un papel irreemplazable.

Invitación a la Contemplación, 5 de 9: Introducción al Salmo 80 (79)

INTRODUCCIÓN AL SALMO 80 (79)

* En medio de la soledad, David pasa de ser un guerrero a un poeta. En David vemos que el combate es afuera y adentro, así como el auxilio del Señor también está afuera y adentro. David es una combinación de combatiente y enamorado al mismo tiempo.

* Otros santos también hablan de este doble aspecto. Santa Catalina dice que en la lucha contra el pecado hay que actuar de una forma viril, fuerte, clara y rotunda. Pero también hay que ansiar y buscar el descanso en el Señor y es ahí donde emplea términos femeninos de ternura, entrega y de sentir el abrazo de Dios.

* San Juan de la Cruz en una manera similar describe el ascenso penoso y duro al Monte Carmelo junto al desposorio con el Amado.

* La soledad es innegociable para conseguir este aspecto bilateral necesario de luchador-recio y poeta-enamorado. Paradójicamente, la fraternidad está unida a la soledad. Una soledad está llamada a ser serena, limpia y fecunda.

(1) La soledad será serena cuando uno sabe estar en paz con sí mismo, con su propio pasado, cuando se centra en lo que uno hace. Hay bastante que avanzar en este tema porque vivimos en un mundo demasiado agitado en el que nos volvemos demasiado maniáticos y caprichosos.

(2) La soledad es limpia cuando somos honestos y evitamos las distracciones haciendo multitud de tareas al mismo tiempo. Podemos contaminar esa soledad y devaluarla a pesar de que estemos aparentemente a solas en una habitación.

(3) Esta soledad debe ser fecunda. Hay soledades egoístas que se aíslan de los demás y ello no da ningún fruto a la Comunidad.

* San Benito decepcionado de la mediocridad de la sociedad decide iniciar una vida eremítica a sus veinte años de edad. La soledad buscada por este joven le llevó a ser un gran santo.

* Jesucristo es el mejor modelo para aprender a vivir una soledad serena, limpia y fecunda.

* Junto a la Soledad también hay que practicar el Sufrimiento. Para unirnos a Dios tenemos que practicar las penitencias diarias y ver en ello un entrenamiento. Estas renuncias, sin tener que ser espectaculares, son las que más nos acercan a Dios y posibilitan la Contemplación. Decía san Francisco de Sales que solo por dejar de quejarnos, ello ya nos pone en el camino del Sufrimiento. La mortificación voluntaria hay que verla como un modo ejercitarse.

* En los Salmos han visto muchos santos el camino: que el corazón sienta lo que dice la boca, que decía san Benito. Los Salmos son al mismo tiempo son un hogar, un hospital y una escuela. Como dice bellamente san Agustín: «Para que el hombre alabara dignamente a Dios, Dios se alabó a sí mismo; y, porque se dignó alabarse, por esto el hombre halló el modo de alabarlo».

(1) Los Salmos son nuestro hogar porque podemos sentirnos conectados a ellos en todos momento, ya sea que estemos tristes, angustiados, contentos, o amargados. De ahí la gran importancia de la memoria para poder tener los Salmos siempre frescos en la mente. La memoria es una potencia fundamental. Hemos de santificar la memoria. Hay que aprender a recitarlos y a conservarlos en la memoria.

(2) A San Agustín se le saltaban las lágrimas cuando leía y recitaba los Salmos. Para él eran un hospital que le proporcionaban una limpieza interior.

(3) Para el Santo los Salmos eran escuela porque en ellos aprendió a alabar, para agradecer, a perdonar, a luchar contra las tentaciones, perseverar e incluso escuela para aprender la Historia de Dios.

* Conviene insistir para terminar esta introducción que la soledad y el sufrimiento son esenciales y básicos a la hora de aprovecharnos de la sabiduría encerrada en los Salmos con ayuda de la Memoria.

LA GRACIA del Viernes 19 de Agosto de 2016

Dios puede actuar por encima de mi límite y de mi fracaso, por eso le digo: ¡haz tu obra Señor en mi vida, resucita lo que te pertenece y haz que pueda vivir para Ti!.

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Un agustino misionero, extraordinariamente valiente

Verdadera fraternidad

Nunca dejaba ya el padre Roa aquellas montañas, donde misionaba y servía incansablemente a los indios, como no fuera para visitar unas horas a su gran amigo, fray Juan de Sevilla, prior en Atotonilco el Grande. Se encontraban en la portería, conversaban un bueno rato, no más de una hora, se confesaban mutuamente y, sin comer juntos, volvía Roa a sus lugares de misión. Allí están pintados, en la portería del convento de Atotonilco, los dos amigos abrazados, con esta inscripción debajo: «Hæc est vera fraternitas».

Asalto al ídolo máximo de los huaxtecos

En Molango, ciudad de unos cuarenta mil habitantes, había un ídolo traído hace mucho tiempo de Metztitlán, de nombre Mola, que era el principal de todos los ídolos de la zona. En torno a su teocali piramidal, de 25 gradas, donde era adorado, había gran número de casas en las que habitaban los sacerdotes consagrados a su culto. Allí, un día de 1538, convocó el padre Roa a todos los sacerdotes y fieles idólatras, que se reunieron a miles. Sin temor alguno, el santo fraile desafió al demonio, que por aquel ídolo hablaba con voz cavernosa, y le increpó en el nombre de Cristo para que se fuera y dejara de engañar y oprimir a los indios. Luego, desde lo alto del templo, rodeado de sacerdotes y sirvientes del ídolo, predicó a la multitud con palabras proféticas de fuego. Hasta que, en un momento dado, los mismos sacerdotes y sus criados arrojaron el ídolo por las 25 gradas abajo, quedando de cabeza. En seguida, el furor de los idólatras desengañados hizo pedazos al ídolo al que tantas víctimas habían ofrecido. Y «esto que he contado -dice Grijalva- es de relación de los indios, que por tradición de sus padres lo refieren por cosa indubitable».

Una vez terraplenado el lugar, se construyó allí una capilla dedicada a San Miguel, el gran arcángel vencedor del demonio. Digamos de paso que no pocos de los muchos santuarios que en México hay dedicados a San Miguel tienen en sus orígenes historias análogas.


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

LECTIO 20160817

LECTURA ESPIRITUAL.

#LectioFrayNelson para el Miércoles XX del Tiempo Ordinario

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LA GRACIA del Jueves 18 de Agosto de 2016

El pecado nos hace perder a Aquel que es la fuente de toda bondad, es tiempo de recapacitar que sin Él nada somos y de retornar a Él que de tantas maneras nos ha amado y nos ha llamado.

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