* Un buen resumen de la obra del Espíritu en nosotros es que podamos llegar a gustar el bien. ‘Gustar el bien’ quiere decir percibir y disfrutar su buen sabor. El Espíritu siempre llega el primero. Con esta gracia es posible vencer todo pecado.
* De todo lo que hizo Jesús en esta tierra, ¿qué es lo propio y particular de su ministerio? Los milagros no fueron porque taumaturgos ya hubo en el A.T., por ejemplo Eliseo; los exorcismos tampoco porque los Sumos Sacerdotes tenían tales poderes; sus recomendaciones sobre cómo vivir tampoco porque en el libro de la Sabiduría o en el Eclesiastés ya se dieron. Lo que hacen único el ministerio de Cristo son cuatro características:
+ Las Bienaventuranzas. No es fácil encontrar esta novedad.
+ El anuncio del Reino de Dios. La cercanía del Reino.
+ La familiaridad con su Padre. Dios es su Padre.
+ La certeza y la llegada de su Hora.
* Empecemos por el Anuncio del Reino.
(1) El Pueblo Elegido había conocido dos tipos de reyes: los suyos propios y los otros imperios (egipcios, filisteos, asirios, caldeos, persas, helenísticos y romano). La conclusión es que los poderes de este mundo son desalmados y crueles. Los reinos de este mundo son salvajes que se aprovechan de los súbditos. En la actualidad, los políticos siguen la misma tónica. Los de izquierda y derecha se han mezclado y lo único que buscan es aprovecharse y representar un papel.
(2) El A.T. es un largo camino que muestra que el corazón humano está enfermo y que los poderes humanos jamás van a poder sanarlo. Los imperios mundanos son enfermos patológicos. El Reino de Dios significa que este mundo el Señor lo quiere salvar para Sí. Dios quiere gobernar este mundo. Reino de Dios significa una ruptura radical, comienzo de una realidad nueva que empieza en Cristo mismo, y luego en sus discípulos.
(3) ¿Qué líderes de la antigüedad se salvan? Moisés es una gran referencia, Josué fue fiel. David: sí, Salomón: no, Josías y Ezequías fueron decentes. De todos ellos habría que dejar a David. De ahí que a Jesús le llamen Hijo de David, como diciendo: “estamos a salvo”. David es el pináculo. En el reino de David se poseía todo lo que anhela el corazón (seguridad, prosperidad y fecundidad) y además en armonía con Dios. Los 33 años del Reino de David fueron el Reino de Dios y tras su desaparición lo único que los judíos anhelan es en la Restauración de este Reino.
(4) Cristo, para sacarles de la falsa idea del Reino de Dios lo que hace es siempre hablarles en parábolas. Quiere explicarles en qué consiste este Reino y lo más difícil es hacerles ver que el Reino de Dios es de Dios. De Dios porque Él lo hace y reina; y de Dios porque Él es el que reina. La clave es hacerles ver cómo va a llegar ese Reino. Los judíos imaginaban una historia grandiosa y fantástica y esas parábolas les decepcionan porque hablaban de semillas, redes que atrapan todo tipo de peces, hombre que encuentra un tesoro y cosas parecidas. Las parábolas no hablan de grandiosas victorias sino de cosas pequeñas. Con Pentecostés el ídolo de la Restauración cae por completo.
* ¿Cómo enlaza el Reino de Dios con la Cruz y la Pascua del Señor? El Reino de Dios supone la superación de los reyes de este mundo, desacreditados y llamados a conversión; por lo tanto la Cruz es inevitable. Si se predica el Reino de Dios, a la fuerza te vas a poner en contra del mundo.
* Las Bienaventuranzas por su parte indican que solo los que se desengañan de los poderes de este mundo y se aferran a la fuerza de Dios, pueden experimentar la alegría que no acaba y que no engaña. Los destinatarios de las Bienaventuranzas son los aburridos, los decepcionados, los cansados, los fastidiados, que no creen al poder del mundo. Los excluidos de poder son los que mejor pueden entenderlas.
* El Reino de Dios es la respuesta a todos los ataques del demonio. El demonio ataca observando alguna de tus codicias (apegos) y proveyendo atajos (método para engañarnos).
* Una vida marcada por la Pascua es una vida señalada por el Reino de Dios. Significa que vivir tan decepcionados y desprendidos de corazón de todo y al mismo tiempo tan apegados al amor de Dios, hace que el Espíritu Santo tenga una amable morada en nosotros.
* Hasta ahora hemos visto que la memoria tiene un límite: no es lo suficientemente poderosa para sentir el pasado como algo vivo. Cuando los recuerdos se hacen insuficientes o cuando desaparecen necesitamos ese Espíritu del que dijo Cristo: “Os recordará todo” (juan 14,26). El Espíritu Santo toma la Ley de Moisés y la hace cercana, real y la renueva (Lex Nova). Se necesita por tanto una acción del Espíritu de Dios que sea presente, profunda y permanente. El Espíritu nos mueve (premoción física) y nos pone en la ruta de la obediencia.
* Cabe preguntarse ahora: ¿Por qué “tardó tanto” el Espíritu Santo en llegar? ¿Y dónde entra Jesucristo?
* Recordemos las grandes etapas: 1) Los Patriarcas, 2) Tiempo en Egipto, 3) Peregrinación por el desierto, 4) Entrada en la Tierra Prometida, 5) Samuel, último de los jueces y primer profeta, y quien elige a los dos primeros reyes.
* El continuo drama de los profetas en el A.T. es que los repetidos fracasos los constituyen a ellos mismos en profecías vivientes. La resistencia en el Pueblo Elegido es una especie de constante que une al final al profeta y su profecía. La humillación y el maltrato al inocente son una denuncia, un mensaje grande y eficaz.
* Y por ello se puede decir que lo que resume toda la Pascua de Israel es que ante el horror del maltrato del inocente, el culpable no puede dejar de ver su culpa. La gran palabra de los profetas es su propio dolor. Así se entiende lo que le pasó a Jeremías o a Ezequiel. Los profetas intentan, con su lenguaje de palabras, ser memoria viva de la Alianza, pero no funciona. La alternativa que queda es el silencio y esperar que los culpables despierten de sus malas acciones y al fin vean las consecuencias de sus actos perversos.
* Conviene recordar las estrategias del demonio:
(1) El demonio busca cuáles son tus codicias;
(2) Plantea atajos;
(3) Siembra la gran mentira: elige entre obediencia o felicidad;
(4) Anestesia la conciencia para que no veas las consecuencias del pecado. Con “anestesias” se consigue que los errores y horrores del pecado no se vean o sientan;
(5) Despierta al pecador de la anestesia para que vea sus malas acciones y caiga en desesperación.
* La herencia de los profetas fue su sufrimiento inocente, que sin embargo no produjo resultados inmediatamente visibles. Ellos eran pasos vivientes que acercaban la historia humana al misterio de la Cruz de Jesucristo. Hablamos del Profeta Escatológico, el Santo entre los Santos. La Cruz (Mc 15, 30-31.34.37.39) es el gran despertador para los paganos. La Cruz tiene el efecto de misil que entra en la pared gruesa de nuestra indiferencia. Aquí se ve la relación entre la Espíritu Santo y la Pascua de Cristo.
* El Espíritu Santo es el bálsamo de vida que necesita que el corazón esté abierto (y no amurallado o blindado) para poder entrar. La grieta en la muralla de las justificaciones es la que permite que entre la luz del Espíritu.
* Siguiendo esta analogía vemos que la Pascua de Cristo es la que abre el espacio, mientras que el don del Espíritu es el torrente de luz que entra por la grieta. El descubrir y contemplar la Pasión de Cristo es la mejor manera de avanzar en el camino. Contemplar nuestra lepra y reconocer nuestro pecado es el comienzo de nuestra vida espiritual.
* El don del Espíritu te lleva a decir: Vivir tiene que ser más que sobrevivir. El Espíritu te abre al más de Dios, según San Ignacio de Loyola. Ese más era el santo deseo, el deseo continuo, la insatisfacción de San Vicente de Paul.
* Solamente el corazón roto puede renovarse; es otra manera de resumir esta charla. Quien rompe el corazón es la contrición por la acción del misil de la Cruz de Cristo. Con el corazón entero no se puede llegar al Cielo donde reina un Corazón traspasado. Necesitamos romper el corazón. San Luis Beltrán decía: “rompe y quema aquí para que no tengas que romper Allá;” “si somos Cuerpo de Cristo, no vale ver la Cabeza traspasada y el Cuerpo regalado”.
* La (mi) participación en la Cruz es el pasaporte y salvoconducto para poder entrar en la Gloria. Ser semejante a Cristo es la clave. Por muy difícil que parezca, lo que hacemos es disponernos en nuestra pequeñez y en la aceptación de lo que uno alcanza vivir, y en una infinita confianza, pues la confianza la crucifixión de tu ego, podemos asemejarnos a Cristo.
* Por eso Sta. Teresa del Niño Jesús, cuando hablaba sobre la participación de la cruz, enseñaba que a veces no es necesario que se vea externamente en llagas, heridas, martirios físicos porque el acto de tu confianza es la crucifixión de tu yo. Al Cielo se entra crucificado y la primera crucifixión es la de la confianza. En la confianza entregamos nuestros planes. Es el secreto de todos los santos.
* La Cruz es la que abre la herida en nuestro corazón, una herida que Sta. Rosa de Lima pedía que no se curase. Abiertos los costados del Señor y el mío, ello permitirá que haya transfusión de sangre, de vida y de Espíritu: y de ahí vendrá vida nueva para mí.
* El problema de la memoria es más complejo de lo que parece. Cuando los recuerdos desaparecen, también decae el amor y la fidelidad. Ser fiel sin amor es una tortura, pero permanecer en el amor sin recuerdos es muy difícil. ¿Qué solución hay? La ley dice lo que es bueno o malo; en sí mismos, estos mandamientos de Dios no son los problemáticos. El problema está en el querer hacer lo bueno.
* ¿Cómo se llega a la infidelidad? En los libros 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas siempre se repite el mismo atajo: desobediencia a Dios y caer en el culto al Baal. Siempre se busca la seguridad, la prosperidad y fecundidad. Para ello hacían alianzas con quien fuese necesario aun a riesgo de perder la propia fe. En vez de confiar en Dios, se cae en la infidelidad porque es difícil vivir de la confianza: de milagro en milagro.
* En efecto, si el Pueblo de Dios no debería haber hecho alianzas con los asirios, moabitas, … ¿qué se supone que tenía que haber hecho? Tenían que haber caminado con una vida en la que confíen en los milagros de Dios, y sólo en sus milagros. Esta vida de espera y pura confianza es ardua. Vivir de milagro en milagro no es fácil. Cada día, un milagro, como en el Padrenuestro: danos el pan de cada día. Dios quiere que ellos y nosotros vivamos al día. El camino es duro. Pero vivir de mala gana el desierto trae consecuencias: privarse de tiempos mejores.
* Toda esta situación nos lleva a que hemos de confiar en Dios porque Él siempre está y estará con nosotros. No tenemos garantía del mañana. En la actualidad valoramos hasta la saciedad e idolatramos la independencia, pero lo que Dios quiere es que seamos dependientes. El camino es la dependencia: ir de baluarte en baluarte, de milagro en milagro. Hay que permitir que Dios sea Dios. La Providencia nos debe llevar porque es imposible preverlo todo. El tema de dudar sobre el mañana es una de las preocupaciones de los que empiezan en el camino de la fe. A la falta de confianza y a las dudas sobre el futuro lo que hay que responder es lo que Santa Catalina de Siena decía: también mañana Dios será Dios.
* Dios no me quiere lleno de seguridades sino de confianzas. Este es el caminar de la fe. Dios nos va haciendo ser. No debemos depender de nadie para proclamar los derechos de Dios. Como Juan, el Bautista, en el desierto de la vida dependemos solo de Dios y eso nos permite hablar libremente a todos.
* Por lo tanto, el puro recuerdo está lejos y no sirve para saciar una necesidad que está muy cerca. No basta con saber lo que es bueno, necesito una experiencia cercana, un auxilio próximo, necesito sentir una fuerza dentro de mí porque los problemas están demasiado cerca. ¿Dónde está Dios cuando no se ven estas soluciones?
* Se consigue que esta fuerza esté cerca por la acción del Espíritu Santo. Se necesita un nuevo corazón. Se necesita un Espíritu nuevo. Dios se vierte en nosotros y es Él el que da la cercanía que la Ley no da. La Ley no podía evitar volverse recuerdo, pero el Espíritu Santo es Fuente y no simplemente dato. El Espíritu Santo, con su gracia creada en nosotros, según dice santo Tomás, está cerca: junto a la necesidad. Antes el recuerdo estaba lejos y la necesidad cerca. Donde se ve cómo dependemos radicalmente del Espíritu Santo. Sin Espíritu caemos en la trampa de los antiguos judíos en el desierto. La infidelidad y el pecado vienen de la falta de Espíritu. El Espíritu Santo es el susurro que nos apacigua en medio de la necesidad. Un susurro que viene dentro de mí, que mueve la mente en la dirección del querer divino mientras devuelve la calma al corazón.
* El Espíritu Santo es la Pascua permanente. Según santo Tomás de Aquino, el Espíritu Santo es la Ley Nueva (Lex Nova) que toma el Bien de la Ley de Moisés y lo renueva y lo hace posible. El Espíritu Santo debe entonces ser clamado e invocado con más amor, convicción e insistencia. El Espíritu Santo llegó a nosotros como fruto y regalo de la Pascua de Jesús. Nos llega gratis, no porque no valga, sino porque alguien lo pagó: Cristo en su Pascua.
* Los israelitas llegaron a la tierra prometida buscando seguridad, prosperidad y fecundidad, pero de la manera equivocada.
* ¿Qué fue lo que faltó a la Pascua de Moisés? Lo que sucedió es que se volvió un punto en el pasado. La razón de ese olvido se entiende a partir de causas internas y externas.
– Causa interna: el conocimiento derivado de los sentidos está diseñado en el cerebro mismo para volverse paisaje. Lo que veo siempre, desaparece. Todo lo doy por descontado al perder la capacidad de asombro también se pierde la capacidad de encuentro.
– Causas externas: el Demonio se aprovecha de la situación y ataca.
* Los modos cómo el Enemigo ataca:
– Exacerbar la codicia.
– Presentar el método de los atajos.
– El enunciado de la gran mentira: elige o ser feliz o sufrir.
– Quitarle toda importancia al pecado: anestesiar la conciencia.
– Llamado a la desesperación cuando la persona se ve perdida.
* Es preciso una Nueva Alianza, Ezequiel va a incluso a decir que hace falta un Nuevo Corazón.
“La estrella de la natación Michael Phelps, el atleta olímpico más condecorado de la historia, casi cometió suicidio hace dos años. Su pericia atlética y su éxito le habían valido muchísima atención mediática durante la última década, tanta que pareciera que los medios deportivos le veneraban como a un dios, pero mientras tanto Phelps luchaba por encontrar paz en su corazón…”
¡Somos administradores no amos!, todos tendremos que dar cuentas a Dios de nuestra vida y de lo que hemos recibido de Él, es hora de asumir nuestra responsabilidad.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
Tú, que recibiste el saludo del Espíritu de paz.
Tú, que acogiste en tu seno el DON de paz.
Tú, que engendraste al santo Hijo de la paz.
Consíguenos el don de la paz.
Tú, que secundas a Aquél que hace que por doquier reine la paz.
Tú, la llena de gracia, por quien todo se nos perdona.
Tú, que eres prenda de su eterna misericordia.
Consíguenos el don de la paz.
Para que los cautivos sean al fin liberados.
Para que los desterrados encuentren al fin su patria.
Para que los que sufren, encuentren la fortaleza.
Consíguenos el don de la paz.
Tú, la Bien-Amada de nuestro Creador.
Tú, la plenamente bendita de su creación.
Tú, la Abogada de nuestras causas.
Consíguenos el don de la paz.
Por la angustia de los hombres y mujeres.
Por los recién nacidos que duermen en su cuna.
Por los ancianos que desean morir en tu paz.
Te pedimos el don de la paz.
A ti que eres la madre de los desamparados.
A ti que sientes compasión ante los duros de corazón.
A ti que eres la estrella que brilla en el cielo gris de los descarriados.
Te pedimos el don de la paz.
A ti, la esposa del Dios vivo.
A ti, que eres la Madre del Dios resucitado.
A ti, que eres la Reina en el Reino del Dios lleno de Paz.
Te pedimos el don de la paz.