4. Sobre el “endurecimiento” del Faraón:
(1) Contexto: estamos en un mundo politeísta que al contrario de la religión cristiana, el hombre no es imagen y semejanza de Dios. En estas religiones politeístas (la egipcia incluida), los dioses son imagen y semejanza del hombre.
(2) ¿Cómo se ve un choque o conflicto? En una primera aproximación parece que el Éxodo fuera conflicto de dioses: Faraón se va a enfrentar a Yahvé. Pero Dios le hace ver a Moisés que en realidad no hay tal colisión porque no hay varios dioses: sólo existe un Dios, que es Él. Todo lo que pase está finalmente dentro de su plan, que ciertamente incluye la rebeldía voluntaria de Faraón o de quien sea. Todo está en el plan de Dios. Detrás de la dureza del Faraón está Dios en el sentido de que las amenazas o decisiones del Faraón no pueden tomar por sorpresa a Dios. No tiene Moisés por qué alarmarse ni preocuparse tanto.
(3) Cuando hoy en día vemos los escándalos y las desacralizaciones hemos de aplicar esta misma idea y darnos cuenta que Dios ya lo sabía aunque no lo hubiese deseado del modo como sucedió. Al final, sin embargo, en el conjunto de lo que llega a suceder, es su voluntad la que brilla, como en el caso del Éxodo.
(4) Por dar otro ejemplo: Jeremías tuvo que presenciar episodios muy tristes que fueron ya predichos por él a los judíos. El profeta no quiere decir que Dios esté de acuerdo con el acto rebelde así como ha sucedido: simplemente quiere hacerles ver que todo está en el presupuesto de Dios. Todo eso sucederá para purificación del Pueblo.
* La muerte de los primogénitos.
(1) Ex. 4: Israel es mi primogénito y tú quieres matar a mi primogénito. Es lo que se llama esclavitud dulce: el Faraón mata a los israelitas. Dios dice que si el Faraón mata los primogénitos judíos, Él matará a los primogénitos egipcios.
(2) Hay que entender la primogenitura egipcia. Para el Faraón su primogénito es la certeza de la fuerza divina en su casa y la perpetuidad en el gobierno. Los primogénitos son señal y prueba que la raza, supuestamente divina, sigue. Ataque y muerte del primogénito es borrar una dinastía divina, negación frontal, como recurso último, contra la obstinación de quienes creen en la divinidad del Faraón.
(3) Primogénitos son sinónimos de masculinidad, fuerza, virilidad, descendencia futura. Por eso para los hebreos era tan importante sus primeros hijos, sus primeros frutos y cosechas, para consagrarlos, presentarlos y ofrecerlos a Dios. Una manera de bajar las fuentes del orgullo más típicas de los varones. Algo parecido se hace simbólicamente con la circuncisión, donde no hay entrega pero sí una especie de mutilación vicaria: un modo de hacer ver al hombre que es solo administrador de sus facultades y dones, incluido el sexo.
(4) A los primogénitos hebreos Dios manda que hay que “rescatarlos.” Hay dos tipos de rescate: levitas (reemplazo de todos los primogénitos) y entregar un animal (se reemplaza el primogénito por la ofrenda de un animal). Pero obsérvese que rescatar un hijo quiere decir que yo no soy dueño de mi hijo, sino solo administrador.
(5) ¿Qué significa el “ángel exterminador”? Indica la ira de Dios por la acumulación de nuestros pecados. El pecado de muchos causa al final un efecto horrible.
* La cena Pascual.
(1) El cordero sacrificado se vuelve alimento para el Pueblo. La imagen es de una gran belleza. El cordero se ofrece al Señor y Él nos lo da de nuevo. El cordero pascual es una anticipación de Cristo, Cordero ofrecido a Dios que luego se nos devuelve convertido en Dios mismo, un Alimento redentor y salvador. Un banquete en el que Dios se hace presente.
(2) Comida para el camino. En el ritual de la Pascua, todo apunta a la prisa. El cordero es el que nos pone en camino, es el recordatorio perfecto, es el memorial perpetuo. Hay que comer porque el camino es largo.
(3) El relato de la Pascua se hace porque el niño de la familia lo pide al preguntar por qué esa noche es tan especial.
(4) Cabe ahora preguntarse: ¿qué le faltaba a la Pascua Judía que tuviera que venir la Pascua de Cristo?