[VI Encuentro de Música y Teatro organizado por la Renovación Carismática Católica del Paraguay]
Tema 2 de 4: Lugar de la belleza en la evangelización
La belleza conecta con las dos facultades esenciales al ser humano porque lo realmente bello habla de un orden que complace, una armonía que causa gusto o inspira amor. De alguna forma, lo bello es síntesis de los verdadero y lo bueno.
La Biblia nos hace ver el poder que tiene la belleza, y que puede manifestarse en lo bueno o en lo malo. Tres nombres de la Biblia son de mujeres, y en ellas brillan, junto con la belleza, la sabiduría y una forma peculiar de poder.
Dios deja conocer su belleza a través de sus obras. El esplendor de esas obras de creación y de redención está detrás de la noción de la “gloria” divina. La gloria es la manifestación de la belleza que está en Dios; la belleza que Él mismo es.
Quienes se han encontrado con esa gloria, como Isaías en el templo, o como Pedro en su barca, se descubren abrumados y a la vez encuentran un modo nuevo de percibir su propio realidad, lo cual les conduce a una humildad profunda y sincera.
Tal es el tipo de experiencia de los que verdaderamente sirven al Señor con el arte: son ministros de su gloria.