No compartiré nunca, ni en el terreno ascético ni en el jurídico, la idea de quienes piensan y viven como si servir a la Iglesia equivaliera a encumbrarse.
Te duele ver que algunos tienen la técnica de hablar de la Cruz de Cristo, sólo para remontarse y alcanzar posiciones… Son los mismos que nada de lo que ven, si no coincide con su criterio, lo consideran limpio. -Razón de más para que perseveres en la rectitud de tus intenciones, y para que pidas al Maestro que te conceda la fuerza de repetir: «non mea voluntas, sed tua fiat!» -¡Señor, que cumpla con amor tu Voluntad Santa!
Cada día has de crecer en lealtad a la Iglesia, al Papa, a la Santa Sede… Con un amor siempre más ¡teológico!