Una relación personal con Jesucristo es la piedra principal del matrimonio.
El matrimonio es una mezcla de vidas, no una simple unión. Muchos matrimonios fallan debido a que sus integrantes siguen mirando a las libertades y relaciones del pasado.
Cuando una pareja invita al Señor Jesucristo a que sea piedra principal de su matrimonio y se convierta en el verdadero punto fuerte sobre el que construyen su relación, lo invitan a que marche al frente de ellos. Entonces Él es libre para guiarlos hacia el único propósito que les tiene como matrimonio.
Somos únicos como individuos. Sin embargo, cada matrimonio es único también.
Es algo tan individual y único en su especie como sus integrantes. Del mismo modo que Dios nos creó como individuos originales por completo, también necesitamos invitarlo a que cree nuestro matrimonio como una relación original por completo. Esto solo es posible cuando cada persona en la relación somete su individualidad al propósito supremo de Dios.
[Basado en un texto primero recibido de A. Rojas.]