“El SIAME [Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México] recuerda que para no caer en sus redes, “lo primero que se debe tener en cuenta es que, como todos los estafadores, la mayoría de los falsos sacerdotes suelen ser simpáticos, convincentes, hábiles y aparentan ser buenas personas”…“No hay que olvidar que los sacerdotes católicos tienen prohibido casar, bautizar y en general, oficiar misas fuera de la parroquia o en un templo público reconocido, salvo cuando se trata de una Misa de cuerpo presente en la capilla de un velatorio público o de la Misa de una comunidad más grande en ocasiones significativas como la festividad de la Virgen de Guadalupe: en fábricas, vecindades o vecinos de toda una calle”…”
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