La generosidad verdadera brota de una obediencia sin límites, que a su vez viene de la confianza total, que a su vez nace de un encuentro profundo con el amor de Dios en Cristo.
COMPLETAS 20151108
LA GRACIA del Martes 10 de Noviembre 2015
La fuente de mi alegría está en que Dios es mi Señor y esta certeza me hace verdaderamente libre.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
VíSPERAS 20151108
ALIMENTO 20151110
René Girard, un pensador cristiano que hay que conocer
La falsa humildad frena la obra de Dios
Le dice Pedro: ¡Señor!, ¿Tú lavarme a mí los pies? Respondió Jesús: lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora; lo entenderás después. Insiste Pedro: jamás me lavarás Tú los pies a mí. Replicó Jesús: si yo no te lavare, no tendrás parte conmigo. Se rinde Simón Pedro: Señor, no solamente los pies, sino también las manos y la cabeza. Ante la llamada a una entrega total, completo, sin vacilaciones, muchas veces oponemos una falsa modestia, como la de Pedro… ¡Ojalá fuéramos también hombres de corazón, como el Apóstol!: Pedro no permite a nadie amar más que él a Jesús. Ese amor lleva a reaccionar así: ¡aquí estoy!, ¡lávame manos, cabeza, pies!, ¡purifícame del todo!, que yo quiero entregarme a Ti sin reservas.