Cada persona, y esto vale también para los pastores y predicadores, tiene su propia manera de hacer énfasis. El lenguaje corporal, el tono de voz, la ocasión en que algo se dice son algunos de los factores que influyen en el modo como se da y se recibe un mensaje en particular.
Los que hemos seguido la secuencia de las enseñanzas del Papa Francisco notamos, sin duda, que uno de sus medios preferidos para enfatizar algo es decirlo más de una vez, en distintas circunstancias. Como un padre que no pierde ocasión de recordar algo que considera vital para la familia, el Papa nos ha hablado muchas veces sobre el cuidado que hay que tener en el uso de las palabras. Sus críticas vigorosas a la murmuración, la doblez, el chisme y otros pecados de la lengua son una manera de invitarnos y prepararnos a una forma más directa, veraz y confiable de comunicarnos, especialmente entre los cristianos.
Esta breve nota es simplemente un modo de subrayar ese aspecto tan tradicional en la literatura sapiencial, y tan necesario para la vida de la familia y para la vida de la Iglesia. Aunque no se trate de una enseñanza completamente novedosa, no cabe duda de la gran necesidad que tenemos de que nos recuerden lo que es más importante.