[Conferencias en el curso de Teología Moral familiar y sexual ofrecido en la Facultad de Teología de la Universidad Santo Tomás en el primer semestre de 2015.]
Tema 6: Universo semántico de la castidad
* Según Santo Tomás, la castidad está relacionada con el “castigar.” Pero no debemos apresurarnos a sacar conclusiones de este hecho etimológico. Para toda la Antigüedad, el educar va unido siempre al castigar; de modo que el sentido real de la etimología es que el cuerpo y el deseo son educables.
* Esto se ve bien en Santo Tomás cuando dice que el gobierno sobre las apetencias del cuerpo no ha de darse a la manera de los déspotas, que con sus abusos engendran y alimentan oposición, sino a la manera de la persuasión, como quien gobierna hombres libres.
* Además, las represiones crean obsesiones, y tan atado está al deseo el lujurioso como el que vive obsesionado con no caer en ninguna impureza. A menudo este tipo de obsesión endurece el alma, lleva a extremos ridículos (como los del victorianismo) y lo que es más grave, seca las fuentes de la caridad.
* Por otra parte, es una gran noticia que l deseo sea educable. Eso indica que no somos esclavos de pasiones ni somos marionetas a las que cualquiera puede gobernar a través de los hilos del deseo.
* Aún más, los espacios “libres de deseo” son necesarios y renovadores. El deseo tiene sentido dentro del camino de unión de la pareja pero fuera de ese propósito, el deseo se convierte en “ruido” que aumenta los malos entendidos y las heridas, y que disminuye el vigor en el camino hacia otras metas. De ahí el valor que tienen los tiempos, las personas y los espacios que quieren centrarse en otros aspectos más trascendentes de la vida humana.
Nociones y conceptos paralelos
* La pureza evoca la idea de evitar lo que contamina el verdadero sentido del amor. Existe sin embargo el peligro de exaltar tanto esta virtud que se la vea como “reina” y como la máxima conquista, siendo así que toda vida cristiana ha de tener como cumbre a la caridad.
* La abstinencia y la represión no son fines en sí mismos y, como ya se explicó, pueden hacer mucho daño; pero es bueno recordar que no hay formación en la castidad para la persona que nunca se dice: NO.
* La modestia y el pudor son virtudes complementarias, de menor grado pero no sin importancia, que nos recuerdan que nadie es dueño absoluto ni de su comportamiento ni de su lenguaje ni de su vestido porque todas estas son realidades sociales que por consiguiente implican derechos y deberes.
* Sobre virginidad y celibato hablaremos más extensamente en sesiones posteriores de nuestro curso.
Nociones contrarias
* La impureza se explica simplemente por su contraste con la pureza; implica siempre una contaminación, y por consiguiente, una falsificación, una mentira.
* La concupiscencia nos ayuda a entender el poder o encanto del mal después de cometido el pecado.
* Interesante en el concepto de lujuria la conexión con el lujo. Dice el apóstol San Pedro a las mujeres: “que vuestro adorno no sea externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos, sino que sea el yo interno, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios” (1 Pedro 3,2-3). El lujo, que es cosa puramente exterior y generalmente vana, nos vuelve vanos y afanosos de satisfacción efímera.