Dios está en medio de nosotros; para experimentar su bendición hay algunas exhortaciones oportunas:
(1) Conservar los ojos limpios: estar en gracia de Dios.
(2) Preguntarnos todos si somos personas a las que se les puede hablar, y si recibimos bien las correcciones que nos hacen.
(3) Aprender a conocernos mejor y buscar el bien común.