“Esta película la ve gente joven, digamos, mundana, no religiosa, y vemos que no les molesta que en ella se hable de Dios”, explica Campiotti a ReL sobre su recepción en Italia. De hecho, detalla, en la novela original se habla aún más: “la novela está llena de adultos que dicen cosas sabias; la película no podía hacerlo tanto”.
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