[Serie de reflexiones para la Asociación de Vírgenes Seglares Dominicas, en Colombia.]
Tema 10 de 10: Antropología Teológica
* El término del camino del conocimiento de sí mismo está en aquello que dice la Santa: que el alma esté en Dios, y Dios en el alma, como el pez está en el agua y el agua en el pez. El ser humano es ininteligible, y profundamente infeliz, si pierde su relación de amor con Dios, su Padre. Por eso la verdadera antropología es siempre hija de la mejor teología.
* Por eso, después de hablar del conocimiento de sí, y de los caminos de la oración, hemos de preguntarnos qué ser humano surge y se levanta con la fuerza del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Catalina, en esto heredera de una rica tradición agustiniana, presenta la semejanza original y final del ser humano en términos trinitarios:
* Hay tres potencias en el alma: memoria, inteligencia y voluntad. La voluntad tiene hambre de amor; la inteligencia tiene hambre de sabiduría; la memoria se ensancha para dar cabida a aquello que ha dejado huella, aquello que ha mostrado poder.
* Pues en Dios están estas tres, que por apropiación se describen así: En Dios Padre brilla el poder; en Dios Hijo, la sabiduría; en Dios Espíritu Santo, el amor.
* Y así vemos que la doctrina espiritual de Santa Catalina es como un círculo, o como una espiral: aquello que mencionamos al principio, que el hombre está hecho para Dios, se divisa con mayor claridad al término de nuestro recorrido. Y ese término nos invita a mirar con mayor ardor la “orilla” de Dios, y a caminar con mayor convicción por ese Puente.