[Serie de reflexiones para la Asociación de Vírgenes Seglares Dominicas, en Colombia.]
Tema 2 de 10: El río, parte 2
* El río del pecado, el río de la “lógica” del mundo, no discurre tranquilo, sino impetuoso y arrogante. El pecado sucede de modo tal que su paso por la vida humana parece prácticamente obligatorio: como si quisiera salir de su cauce e invadirlo todo.
* El río es, pues, implacable: su propósito es destruir y anegar; su fruto es la muerte, ya experimentada en esta tierra, y luego consumada en la eternidad.
* Pero se presenta como “natural.” Esto sucede, en nuestro tiempo de varios modos. Por ejemplo:
(1) Cuando se legaliza un acto moralmente desordenado, como el llamado matrimonio igualitario, o el aborto, o el consumo “recreativo” de drogas alucinógenas.
(2) Cuando se toma como normal lo que es estadísticamente abundante.
(3) Cuando se apela a lo que sucede en otras especies de la naturaleza: como decir que hay homosexualidad entre los pingüinos.
* Con estas y otras estrategias, el río se quiere hacer ver como inevitable, y quiere que ni siquiera intentemos luchar contra el imperio del pecado.