[Retiro para formadores, misioneros y superiores, ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, en Sasaima, Colombia, Diciembre de 2013.]
Tema 7 de 8: Para salir de la perplejidad
* Cuatro recomendaciones generales para vencer la perplejidad que se experimenta ante la dificultad de transmitir nuestra fe y nuestros valores:
(1) HISTORIA. Sin la luz de un buen contexto histórico, lo único que nos queda de los grandes fenómenos sociales es como la cancha vacía y sucia de un estadio, sin entender qué se jugó ni si fue justa o injusta la victoria. No importa si la gente que participa de esas corrientes y amplias transformaciones es consciente o no de lo que viven, o si ignoran hasta qué punto ellos mismos, y sus decisiones, son consecuencias de hechos y tendencias que les anteceden y superan. Aunque la gente misma no lo sepa es bueno y saludable para nosotros, como servicio a la misma gente, saberlo.
(2) MAGISTERIO. No somos ni los primeros ni los últimos en plantearnos cómo transmitir la fe. Numerosos documentos de nuestros legítimos pastores dan pistas claras y análisis certeros sobre los mismos escenarios que tratamos de comprender mejor para servir mejor. Es tiempo de dejar de ver los documentos eclesiales como simples “tareas” o “cargas” y empezar a verlos como subsidios y herramientas que nos ayudan grandemente.
(3) DISCERNIMIENTO. Es preciso superar la idea de que lo antiguo, por el solo hecho de ser antiguo, es bueno (o malo), o que lo nuevo, por nuevo, ya es malo ( o bueno). Como guía de lectura de la realidad, el discernimiento nos invita a aplicar, en términos muy amplios, lo que el Papa Benedicto XVI llamó la “hermenéutica de la continuidad,” buscando el crecimiento orgánico del bien.
(4) ACTITUD. Para tender puentes necesitamos cambios de actitud en nosotros, sin pretender que otros den los primeros pasos. Esto incluye: conocimiento de sí mismo, humildad, caridad, oración y finalmente, diálogo.