Nota: según la ley vigente en muchos países, este buen sacerdote jamás hubiera llegado a nacer.
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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
#LaudesFrayNelson para la Memoria de San Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir
[Meditaciones para el Retiro Espiritual anual de un grupo de Hermanas Dominicas de la Inmaculada, en Quito, Ecuador.]
Tema 4 de 12: Palabras del Concilio a los religiosos
* En dos lugares principales se dirigen los padres conciliares a los religiosos: en el Capítulo VI de la Constitución sobre la Iglesia (Lumen Gentium) y en el Decreto sobre la Renovación de la Vida Religiosa (Perfectae Caritatis). De esos textos surge un claro perfil de la vida religiosa:
(1) Es un don del Espíritu Santo para la Iglesia; don que la embellece pero también le ayuda de muchas maneras a cumplir su misión.
(2) Tiene una referencia directa a Cristo, en la donación concreta y específica de sí mismo; este aspecto lo hace visible la profesión de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia.
(3) La vida consagrada no es intermedia entre la forma de vida de los clérigos y la de los laicos; no pertenece de suyo a la jerarquía de la Iglesia sino que vale ante todo por su carácter de signo.
(4) La vida consagrada re-presenta y manifiesta a la vez el carácter de la existencia que Cristo llevó en esta tierra, y el carácter definitivo de los bienes celestiales, término al que todos los bautizados tienden.
(5) La vida religiosa no constituye una “iglesia dentro de la Iglesia” sino que, desde su nacimiento depende del mismo alimento y está bajo el cuidado de los mismos pastores que todos tienen.
(6) La consagración religiosa tiene carácter de holocausto o inmolación, y en ese sentido resulta incomprensible sin la abundancia de un amor que quiere darse por completo.
(7) Es sello característico de la consagración religiosa la alegría. Cuando esta falta, la causa inmediata hay que buscarla en la falta de la donación, pues es ésta la que lleva a percibir el sabor del Evangelio.
* Si es necesaria una “renovación” de la vida religiosa, es ante todo porque el carácter de “signo” de la primacía del Reinado de Dios se ha opacado u oscurecido.
* Este diagnóstico no habría de mejorar en el postconcilio. El mundo de la postguerra, esilusionado de las grandes verdades y de los “grandes relatos” (Vattimo) se vuelca y derrama en una pluralidad de pequeñas y transitorias certezas por lo menos en lo que respecta a definir el sentido de la ida y los criterios sobre el bien y el mal.
* Toda una generación está convencida de la tecnología y es obediente a la voz de la ciencia, por ejemplo, en la medicina, pero no serían capaces de confiar hasta el fondo en temas tan urgentes y profundos como el detestar el pecado o el amar con generosidad y sin límites el proyecto y la persona de Jesús.
* Por supuesto, quitado el alimento de la generosidad, la vida religiosa se enreda en muchos proyectos sobre realidades más o menos atrayentes o populares, pero carentes de la fascinación y hondura que sólo tiene el darlo todo por Cristo.
* Y de ello mismo entendemos dónde está el antídoto: es el que señala Perfectae Caritatis cuando nos invita a ir a la fuente.
SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
¿Tiene base bíblica? ¿Murió María? ¿Qué significa para nosotros como cristianos?
[Meditaciones para el Retiro Espiritual anual de un grupo de Hermanas Dominicas de la Inmaculada, en Quito, Ecuador.]
Tema 3 de 12: Intención y espíritu del Concilio Vaticano II
* La situación que vive la Iglesia a mediados del siglo XX es dolorosa. Enorme grupos humanos se apartan del rebaño de Cristo por diversas pero no inconexas razones:
(1) La clase obrera, seducida por las promesas comunistas, ha aceptado el sofisma de Marx sobre la religión como opio del pueblo.
(2) Los intelectuales, cautivados no por la razón sino por el racionalismo, consideran en gran número que la fe en nada ayuda a la búsqueda de la verdad.
(3) La mujer, atraída por un mensaje de igualdad sin distinción, busca su valor desde sí misma, sin relación a un esposo o a unos hijos. Un estilo nuevo de vivir la sexualidad, sobre la base de la anticoncepción proclamada como derecho básico, la sitúa fuera de la tutela del programa bíblico de “multiplicar” la especie humana, o de admitir al hombre como cabeza suya.
(4) Los jóvenes, saturados del mensaje mercantilista del poseer y disfrutar ven a menudo la religión como una colección de prohibiciones y una antídoto contra una vida plena.
(5) Ejemplos parecidos pueden ofrecerse en referencia a los literatos, los artistas, los políticos o los economistas.
* Esta situación de ruptura con el mundo se puede sintetizar en la presencia de un muro de prejuicios, resentimientos y mutuas acusaciones entre la Iglesia y el mundo. Juan XXIII quiere ayudar a sanar esa situación, y tal es el propósito central del Vaticano II: un impulso pastoral para quitar todo obstáculo que impide la transmisión del Evangelio.
* Pero en lo que atañe al encuentro entre el mundo y la Iglesia, Juan XXIII no duda de qué lado está la propuesta de salvación ni tampoco quién ha de ser salvado. Por ejemplo, en su discurso de apertura del Concilio dice:
El gran problema planteado al mundo, desde hace casi dos mil años, subsiste inmutable. Cristo, radiante siempre en el centro de la historia y de la vida; los hombres, o están con El y con su Iglesia, y en tal caso gozan de la luz, de la bondad, del orden y de la paz, o bien están sin El o contra El, y deliberadamente contra su Iglesia: se tornan motivos de confusión, causando asperezas en las relaciones humanas, y persistentes peligros de guerras fratricidas.
* Se trata entonces de un Concilio “pastoral,” pero con ello no se quiere decir de ninguna manera algún menosprecio o cambio en la doctrina. Juan XXIII fue muy claro:
…ya está claro lo que se espera del Concilio, en todo cuanto a la doctrina se refiere. Es decir, el Concilio Ecuménico XXI —que se beneficiará de la eficaz e importante suma de experiencias jurídicas, litúrgicas, apostólicas y administrativas— quiere transmitir pura e íntegra, sin atenuaciones ni deformaciones, la doctrina que durante veinte siglos, a pesar de dificultades y de luchas, se ha convertido en patrimonio común de los hombres; patrimonio que, si no ha sido recibido de buen grado por todos, constituye una riqueza abierta a todos los hombres de buena voluntad.
* La palabra “diálogo” no debe entenderse entonces como una especie de negociación entre partes iguales que buscan acuerdos estratégicos para seguir adelante en una relación comercial, política o de mera amistad. La Iglesia, para el Papa Bueno, es “Madre y Maestra,” y el diálogo sólo puede entenderse como el que tiene un médico son su paciente, o un profesor con su discípulo. hay gente que quisiera que esa palabra tuviera un significado distinto en labios del Papa pero él fue perfectamente claro:
Al iniciarse el Concilio Ecuménico Vaticano II, es evidente como nunca que la verdad del Señor permanece para siempre. Vemos, en efecto, al pasar de un tiempo a otro, cómo las opiniones de los hombres se suceden excluyéndose mutuamente y cómo los errores, luego de nacer, se desvanecen como la niebla ante el sol. Siempre la Iglesia se opuso a estos errores. Frecuentemente los condenó con la mayor severidad. En nuestro tiempo, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia más que la de la severidad. Ella quiere venir al encuentro de las necesidades actuales, mostrando la validez de su doctrina más bien que renovando condenas. No es que falten doctrinas falaces, opiniones y conceptos peligrosos, que precisa prevenir y disipar; pero se hallan tan en evidente contradicción con la recta norma de la honestidad, y han dado frutos tan perniciosos, que ya los hombres, aun por sí solos, están propensos a condenarlos, singularmente aquellas costumbres de vida que desprecian a Dios y a su ley, la excesiva confianza en los progresos de la técnica, el bienestar fundado exclusivamente sobre las comodidades de la vida.
* No hay trazo de vacilación, debilidad o deseo de negociar en esas palabras. Lo que algunos llaman “espíritu del concilio,” y que ellos entienden como una especie de igualdad de todos, y de todas las opiniones, frente a la construcción de consensos que vendrían a reemplazar lo que siempre se ha llamado “verdad,” ese espíritu no tiene nada de conciliar: es simplemente un conjunto de suposiciones y conjeturas, una extrapolación arbitraria de algunos gestos del Papa Juan, como si marcaran el comienzo de esa especie de igualitarismo. Pero tal extrapolación viene expresamente negada por las palabras bien pronunciadas del mismo Papa.
* He aquí el verdadero espíritu del Concilio, en palabras precisas de quien lo convocó: “la Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad religiosa, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella.”
[Meditaciones para el Retiro Espiritual anual de un grupo de Hermanas Dominicas de la Inmaculada, en Quito, Ecuador.]
Tema 2 de 12: Contexto histórico del Concilio Vaticano II
* En la sesión inaugural del Concilio Vaticano II, el papa Juan XXIII subrayó el carácter “pastoral” de aquel evento. Para comprender qué implican esas palabras hay que acercarse a los tres últimos siglos de la historia de la Iglesia.
* A la base está una ruptura que se hizo visible en el siglo XVIII con la Ilustración y con la Revolución Francesa. La nueva clase de “intelectuales,” formados en el enciclopedismo y la masonería, sentía particular repulsión hacia la Iglesia, a la que consideraban una institución corrupta y egoísta que se alimenta de la ignorancia y la superstición.
* Aquellos intelectuales del XVIIII no eran todavía ateos, sino “deístas,” es decir, aceptaban que un “dios” era necesario para completar una explicación racional del mundo pero negaban que ese dios tuviera una injerencia en las vidas de los seres humanos particulares. Les repugnaba la idea de una “revelación” y por tanto, de un “clero” que en algún sentido pudiera representar a ese dios.
* Del deísmo no es difícil el paso al ateísmo: un dios tan lejano e inocuo como el que enseñaban aquellos arrogantes intelectuales en realidad no hacía falta ni en la vida personal ni menos en la vida social. La consecuencia práctica de esta postura fue el desprecio sistemático a la fe revelada y el ataque frontal a la Iglesia.
* La primera reacción de la Iglesia fue también contundente. El Syllabus del Papa Pío IX es una colección de condenaciones y anatemas. Décadas después, la encíclica Pascendi de San Pío X resumiría la situación de la Iglesia ante el mundo en términos de pura confrontación. El enemigo central, según señala esa encíclica, es el Modernismo.
* ¿En qué consiste el Modernismo, como herejía? En la presentación de la verdad como completamente dependiente del contexto. Según el modernismo, nada sería realmente estable y ninguna afirmación sería realmente definitiva pues, si no los enunciados mismos, las interpretaciones de los enunciados estaría siempre sujetas a las condiciones culturales, filosóficas y científicas, al punto de que algo que se dijo y creyó en un cierto contexto ya no sería posible enseñarlo en otro contexto.
* Es comprensible la actitud firme y beligerante de la Iglesia frente a tantos ataques frontales pero hay que tomar nota que poco a poco se fue gestando otro modo de respuesta, especialmente a través de tres corrientes vitales:
(1) El Movimiento Litúrgico, que tuvo su epicentro en la Abadía de Solesmes, destaca la necesidad de una liturgia más participativa y fructuosa, con mayor presencia de la Sagrada Escritura y de los Padres de la Iglesia, y con un centro más claro en la Pascua y por consiguiente en torno al Año Litúrgico.
(2) El Movimiento Bíblico quiere evitar dos extremos: el racionalismo de la Ilustración niega la posibilidad de la revelación y por tanto propone “pensar y no creer;” por otro lado, algunas formas de piedad miran con desconfianza la tarea del intelecto y en la práctica proponen “creer y no pensar.” Fr. José Ma. Lagrange, O.P., fundador de la Escuela Bíblica de Jerusalén, quiere afirmar ambos, el creer y el pensar, que ciertamente incluye investigar. Un primer fruto, pequeño pero enormemente significativo, fue la entrada franca de la enseñanza sobre los géneros literarios de la Biblia en el magisterio de la Iglesia.
(3) Movimiento Teológico. Desde la neoescolástica hasta la teología narrativa, el final del siglo XIX y la primera mitad del XX vieron una floración de tendencias de muy diversos estilos, no todos ortodoxos. Una convicción sí quedó clara: que la teología no puede verse como un saber de piedra, establecido para siempre e inalterable, pero tampoco como un bulto amorfo al estilo del pensamiento modernista. La imagen apropiada es la de la evolución homogénea del dogma, es decir, como un árbol de hondas raíces, y con un tronco y ramas principales bien firmes, pero que no cesa de crecer, como organismo vivo que es.
[Meditaciones para el Retiro Espiritual anual de un grupo de Hermanas Dominicas de la Inmaculada, en Quito, Ecuador.]
Tema 1 de 12: Introducción
* Al convocar el Año de la Fe, el papa Benedicto XVI subrayó el hecho de que hemos alcanzado 50 años de la inauguración del Concilio Vaticano II: es tiempo que invita a un balance sobre la recepción de los documentos conciliares, y en este caso, sobre todo el decreto sobre la Vida Religiosa, que lleva por título, en latín, Perfectae Caritatis.
* Hay que acercarse entonces a la historia del Concilio Vaticano II, y eso implica dar una mirada a la vida del Papa Juan XXIII, que lo convocó. Fuente invaluable para ese conocimiento es el “Diario de un Alma,” obra autobiográfica única, en la que Angelo Giuseppe Roncalli nos permite recorrer su camino vocacional desde la época de seminarista hasta su servicio en la Sede de Pedro.
* Tres rasgos se destacan en esa semblanza autobiográfica.
(1) Roncalli, ya de joven, comprende que la búsqueda de la voluntad de Dios es esencial para su vocación. Pero este “buscar,” a medida que avanza su vida, se convierte sobre todo en un “confiar.” La certeza de que la Providencia guía su vida, y la certeza de que el amor de Dios lo espera detrás de cada incertidumbre se convierten en fuente de fortaleza e incluso de optimismo.
(2) De una familia numerosa, sencilla, devota y alegre, Roncalli tiene un perfil de personalidad notablemente sano. Esa sanidad interior se refleja en una personalidad equilibrada que se aparta instintivamente de los extremos, y que sabe salir de sí misma para preocuparse con sinceridad por los demás. Tal armonía interior y exterior le hace particularmente amable.
(3) Roncalli recibió diversos encargos y comisiones en contextos muy diversos, desde la Bulgaria comunista hasta la secularizada Francia. Encontró un idioma común para la humanidad en el hecho simplísimo de ser bueno y de buscar hacer el bien. Una de sus frases favoritas: “La bondad ha hecho serena mi vida.”
* Confianza, armonía y bondad describen en alguna medida el perfil interior de este hombre llamado por la providencia divina para suceder a Pío XIII.
#VisperasFrayNelson para el Martes de la Semana XIX del Tiempo Ordinario
#LaudesFrayNelson para el Martes de la Semana XIX del Tiempo Ordinario
La memoria de las hazañas del Señor es la fuente de la confianza en el presente y de la esperanza en el futuro.
No hay contradicción entre identificar claramente al pecado y evitar sentenciar al pecador.
#VisperasFrayNelson para el Lunes de la Semana XIX del Tiempo Ordinario
#LaudesFrayNelson para el Lunes de la Semana XIX del Tiempo Ordinario
[Predicación en el XXVI Congreso de Parejas de la Comunidad Alegría, en Bogotá.]
1. La fe es respuesta que el hombre, movido por la gracia del Espíritu Santo, le da a Cristo, presentado y presente en quienes anuncian el Evangelio. Es respuesta que se hace posible desde y para una comunidad que llamamos Iglesia.
2. La fe nos abre al señorío real de Cristo en nuestra vida. El que descarta a Dios de su vida usurpa su lugar. Un mundo sin fe es una jungla donde se impone el más fuerte, con lo cual la astucia, la trampa, la traición y la indiferencia abundan. Una sociedad así se vuelve homicida de los pequeños, los marginados, los débiles y los pobres.
3. La sociedad más pequeña es también la célula básica de toda sociedad, es decir, la pareja humana. En esta “sociedad pequeña” comienzan todos los bienes y males de la sociedad “grande.” A la vez, lo que sucede en la sociedad en general se convierte en presión que pretende modelar a cada pareja y cada familia. Sólo sobreviven los que tienen en sí una fuera mayor, que es la que da Cristo.
4. El plan de Cristo se lee bien en Lucas 4: Dar buena noticia a los pobres; Liberar a los cautivos; Dar vista a los ciegos. Cuando aplicamos ese pasaje a la pareja, vemos que es pobreza perder los mejores años de la vida en medio de discusiones y amargura; es prisión tener que quedarse en una relación humillante y también es prisión separarse para repetir la misma historia con otros; es ceguera llenarse de rabia y no ser capaz de ver los defectos propios ni las virtudes de la pareja.
5. La pareja renovada en Cristo no sólo experimenta nueva vida sino que siente la necesidad de compartirla, primero a los hijos y luego a través de diversos apostolados.
[Conferencia para la comunidad educativa en el Liceo Boston, en Bogotá.]
¿Cuál es la educación que puede responder a los desafíos actuales? Estudiamos la pregunta, en el contexto del Año de la Fe, desde tres parejas de términos.
1. Enseñar – Inspirar. Un buen docente enseña; un gran docente inspira. ¿Cuál es la diferencia? Del caminar del pueblo de Israel aprendemos que no basta con saber; es necesario sentir el impulso interior de buscar el bien. Eso es lo que da el Espíritu Santo. Inspirar viene de “espíritu” y es entonces una especie de irradiación que convence, motiva y abre camino a la iniciativa del alumno.
2. Memoria – Esperanza. El culto idolátrico a la tecnología sobrevalora el instante y pierde perspectiva sobre el trayecto. Exaltamos el valor de lo nuevo y llegamos a creer que la única manera de conseguir algo bueno es desechar lo antiguo. El problema es que ese tipo de lógica pone en el resbaladero de la destrucción las relaciones interpersonales. Por eso necesitamos de maestros sabios que ayuden a que cada uno pueda tejer su historia personal y se descubra miembro responsable de una historia colectiva.
3. Indiferencia – Amor. Lo contrario del amo no es el odio. Hay algo peor, que es la indiferencia. Pero el amor, cuando se apoya sólo en razones humanas, se agota frente a la actitud desafiante, ingrata y despectiva de tantos que se supone que son destinatarios de nuestros bienes. Sólo quien recibe amor de una fuente inagotable puede perseverar amando. Esa fuente se nos ha revelado en cristo, Supremo Maestro y Divino Salvador.