[Conferencia ofrecida a un grupo de docentes de la Institución Educativa “La Cecilia” de Bello, Antioquia.]
* Al examinar las causas que han llevado a algunos de nuestros hermanos a situaciones de verdadera necesidad o marginación, encontramos a menudo que hay una concurrencia de factores. No es un hecho aislado sino una combinación, una suma o concatenación de hechos, lo que ha producido al final un resultado que resulta aplastante y devastador. A ese efecto lo podemos llamar una sinergia negativa.
* Sinergia indica una conjunción de fuerzas, un trabajo conjunto. En ocasión los factores apuntan a un efecto devastador y la sensación que se produce es de “No futuro.” Nos preguntamos cómo se puede llegar a una sinergia positiva.
* Es evidente que un primer paso es abrir espacio a la comunicación. El aislamiento y la distancia nutren con fuerza los prejuicios y preparan el terreno para creerse uno inocente y víctima, y para ver a los demás como culpables y en todo equivocados o perversos.
* Para superar las barreras mentales y prejuicios, y encontrar una actitud diferente, ayudan estas tres preguntas: (1) ¿En algo tengo yo responsabilidad de que las cosas estén como están? (2) ¿En algo tienen razón los que no piensan como yo, o incluso se oponen a mis ideas? (3) ¿En algo, en algún bien, podemos coincidir los que no estamos de acuerdo en todo?
* Ese cambio interior de actitud ha de dar paso a cambios exteriores, que se expresan sobre todo con estos cinco verbos: acoger, observar, escuchar, respetar y preguntar. El ambiente de diálogo así propiciado estará marcado por la tolerancia, entendida según la propuesta del papa Benedicto XVI, que él llamó “Atrio de los Gentiles.”
* Siguiendo la enseñanza de Juan Pablo II, hay que añadir algo: no basta la tolerancia, si no va unida a la verdad y a la autoridad. Sin la búsqueda de la verdad, la tolerancia se reduce a negociación. Pero sucede que el punto medio no es necesariamente el punto óptimo ni lo mejor para todos.
* Entiéndase entonces la autoridad como la capacidad de ser autor que escribe páginas de verdad y de vida en la historia de otros hermanos y hermanas. Tener autoridad es ser digno de ser recordado como autor que guía.