Los adolescentes ante la homosexualidad

“Para la Iglesia, según el Vaticano II, hay que iniciar a los niños y adolescentes, en una positiva y prudente educación sexual, adaptándola a cada etapa de su crecimiento. La Iglesia siempre impartió educación sexual, aunque no siempre lo hizo de un modo adecuado. Esta educación se ha hecho hoy más necesaria, ante los disparates de la ideología de género, para la que todo tipo de relación sexual, con la única excepción del matrimonio entre un hombre y una mujer, son buenas…”

Adolescentes y homosexualidad

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Un gracejo con mucho de verdad

En alguna ocasión me decía con gracia un hermano de comunidad: “Cuando Fray Nelson llegue al Cielo, se va a encontrar con Santa Catalina de Siena. Nada más verse, ella le dirá: ¿Qué era todo eso que tú decías que yo enseñaba?”

Creo que hay un elemento de profunda verdad en ese apunte. Si de veras pudiéramos comparar lo que alcanzan nuestras palabras con las realidades que ellas designan descubriríamos que todo lo nuestro es pálida imagen; es apenas reflejo borroso de lo que han vivido y predicado los santos.

Y otra cosa es cierta: después de la Virgen María a ninguna santa debo tanto como a la Dominica de Siena. Su intercesión nos traiga amor y celo por la causa de Jesucristo y el servicio a la Iglesia. Amén.

La Iglesia, signo y salvaguardia de la trascendencia de la persona humana

49 La Iglesia, comunidad de los que son convocados por Jesucristo Resucitado y lo siguen, es « signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 76: AAS 58 (1966) 1099] La Iglesia « es en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano ».[Concilio Vaticano II, Const. dogm. Lumen gentium, 1: AAS 57 (1965) 5] Su misión es anunciar y comunicar la salvación realizada en Jesucristo, que Él llama « Reino de Dios » (Mc 1,15), es decir la comunión con Dios y entre los hombres. El fin de la salvación, el Reino de Dios, incluye a todos los hombres y se realizará plenamente más allá de la historia, en Dios. La Iglesia ha recibido « la misión de anunciar el reino de Cristo y de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de ese reino ».[Concilio Vaticano II, Const. dogm. Lumen gentium, 5: AAS 57 (1965) 8]

50 La Iglesia se pone concretamente al servicio del Reino de Dios, ante todo anunciando y comunicando el Evangelio de la salvación y constituyendo nuevas comunidades cristianas. Además, « sirve al Reino difundiendo en el mundo los “valores evangélicos”, que son expresión de ese Reino y ayudan a los hombres a escoger el designio de Dios. Es verdad, pues, que la realidad incipiente del Reino puede hallarse también fuera de los confines de la Iglesia, en la humanidad entera, siempre que ésta viva los “valores evangélicos” y esté abierta a la acción del Espíritu, que sopla donde y como quiere (cf. Jn 3,8); pero además hay que decir que esta dimensión temporal del Reino es incompleta si no está en coordinación con el Reino de Cristo, presente en la Iglesia y en tensión hacia la plenitud escatológica ».[Juan Pablo II, Carta enc. Redemptoris missio, 20: AAS 83 (1991) 267] De ahí deriva, en concreto, que la Iglesia no se confunda con la comunidad política y no esté ligada a ningún sistema político.[Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 76: AAS 58 (1966)1099; Catecismo de la Iglesia Católica, 2245] Efectivamente, la comunidad política y la Iglesia, en su propio campo, son independientes y autónomas, aunque ambas estén, a título diverso, « al servicio de la vocación personal y social del hombre ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 76: AAS 58 (1966)1099] Más aún, se puede afirmar que la distinción entre religión y política y el principio de la libertad religiosa —que gozan de una gran importancia en el plano histórico y cultural— constituyen una conquista específica del cristianismo.

51 A la identidad y misión de la Iglesia en el mundo, según el proyecto de Dios realizado en Cristo, corresponde « una finalidad escatológica y de salvación, que sólo en el siglo futuro podrá alcanzar plenamente ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 40: AAS 58 (1966) 1058] Precisamente por esto, la Iglesia ofrece una contribución original e insustituible con la solicitud que la impulsa a hacer más humana la familia de los hombres y su historia y a ponerse como baluarte contra toda tentación totalitaria, mostrando al hombre su vocación integral y definitiva.[Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2244]

Con la predicación del Evangelio, la gracia de los sacramentos y la experiencia de la comunión fraterna, la Iglesia « cura y eleva la dignidad de la persona, consolida la firmeza de la sociedad y concede a la actividad diaria de la humanidad un sentido y una significación mucho más profundos ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 40: AAS 58 (1966) 1058] En el plano de las dinámicas históricas concretas, la llegada del Reino de Dios no se puede captar desde la perspectiva de una organización social, económica y política definida y definitiva. El Reino se manifiesta, más bien, en el desarrollo de una sociabilidad humana que sea para los hombres levadura de realización integral, de justicia y de solidaridad, abierta al Trascendente como término de referencia para el propio y definitivo cumplimiento personal.

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

La verdad sobre el aborto hoy y el trafico de esclavos de ayer

“Para escándalo de la prensa pro-aborto en España, el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, portavoz de los obispos españoles en los temas que atañen a la defensa de la vida y la familia, ha comparado la lucha contra las leyes abortistas (y su práctica, se entiende) a la lucha contra las leyes esclavistas (y su práctica). Esta comparación no es una originalidad del obispo: desde que se aprobó el aborto en Estados Unidos en los años 70,la han señalado muchas personas, juristas, historiadores, médicos, blancos y negros: los argumentos de la cultura esclavista en el siglo XIX y los de la cultura abortista actual son casi idénticos. Y se refutan igual: pidiendo que no se trate a un ser humano (sea un negro o un no-nacido) como una cosa…”

Aborto y esclavitud

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Palabras que nos animan a seguir evangelizando

Hola padre Nelson: Estoy muy agradecido por toda la ayuda que nos brinda su página, le cuento que la encontré cuando buscaba unos dibujos de religión… leí unos mensajes, vi algunas fotos y me suscribí, al toque… Algunas veces hago mi oracion con sus meditaciones, (sobre todo si son mas de 30′), a veces las escucho con mis papás. Que quién soy?, soy profesor de primaria, catequista de niños y también de jovenes en una capilla de la parroquia Señor de los Milagros de campodónico, diócesis de Chiclayo – Perú.

De verdad gracias por su ayuda, siempre he admirado a los dominicos, por todo esa sabiduria de la que es rica la iglesia, y de la que ustedes dominan como propiedad, tengo un amigo frayle, de nombre Willian Vasquez Alarcón, al que estimo.

Bueno padre, que Dios el bendiga, le ayuda y le de el ciento pr uno, le pido que en su corazon sacerdotal, me encomiende para poder ayudare a la iglesia desde mi condicion… Un abrazo. –Reisser Montalvo Pantoja.

Introducción a las Lecciones sobre el Martirio

Introducción

Siglo XX, siglo de mártires

En mayo de 1998, al organizarse el Calendario para el Jubileo del año 2000, se previó una conmemoración ecuménica de los «nuevos mártires» del siglo XX, y para elaborar la lista de ellos se formó una comisión. Posteriormente, en el Calendario actualizado de noviembre de 1999, después de una reunión de cinco Congregaciones romanas, se acordó de forma unánime que sería más conveniente centrar la celebración jubilar prevista para el 7 de mayo del 2000 en la memoria de «los testigos de la fe» del siglo XX.

En efecto, el término mártir puede ser entendido con mayor o menor amplitud, y en los últimos decenios se está prodigando con una facilidad quizá excesiva. La Iglesia, sin embargo, tradicionalmente, reserva este altísimo título a aquellos cristianos declarados mártires solemnemente por el Papa, después del conveniente estudio y resolución de la Congregación para las causas de los santos.

En un Symposium celebrado en Roma, días antes de la jornada jubilar dedicada a los testigos de la fe del siglo último, se dieron a conocer algunos datos históricos. En los veinte siglos de la vida de la Iglesia ha habido unos 40 millones de mártires, de los cuales cerca de 27 millones son mártires del siglo XX. Es verdad que la cifra es difícilmente verificable y que en ese recuento se emplea el término de mártir en un sentido muy amplio. Pero, en todo caso, sí parece un dato cierto que el siglo XX ha sido la época más duramente martirial de toda la historia de la Iglesia.

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Cristo SI, Iglesia NO?

Padre Nelson, en mi trabajo se ha vuelto casi una moda la cuestión de la religión. Yo me acuerdo que hace un tiempo la gente halaba poco de esas cosas pero ahora resulta que han llegado varios cristianos y ellos no pierden oportunidad para contar de sus reuniones y de cómo Cristo les ha dado una vida nueva y maravillosa. Yo me considero católica pero no fanática, y en general me molesta que todo el mundo quiera meterse en la vida de uno, como buscando uno de qué sufre para luego presentarle su remedio. Lo último con lo que me ha salido una compañera es que una cosa es Cristo y otra cosa es la Iglesia. Yo le digo que ella lo que hizo fue cambiar su iglesia de siempre, la católica, por ese grupo pentecostal o evangélico en que se ha metido y que le ocupa todo el tiempo libre. (Yo le digo a duras penas le dan permiso de cambiarle los pañales a la hija que tiene, que le nació hace unos ocho meses). de todas maneras, ella insiste en que Cristo no es una religión y que la Iglesia en vez de revelar a Cristo lo esconde y lo oculta. ¿Cuál es la mejor manera de responderle? –Susana H., C. Corp.

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No hace mucho ofrecí una entrevista sobre ese tema exactamente. Creo que puede serte verdaderamente útil, y por eso te invito a que veas y escuches lo propuesto en este enlace:

¿Cristo sí, Iglesia no?

Dios te bendiga.