[Seminario ofrecido en la Asociación Jesús en Ti confío. Bucaramanga, Abril de 2013.]
* Hay dos tipos de bloqueo: (1) Hay ocasiones en que uno en realidad no quiere sanarse; (2) En otras ocasiones, uno sí quiere pero hay un desfase con el querer de Dios. Conviene mirar por separado estos dos casos.
* Uno no quiere sanarse porque encuentra ventajas en el pecado. se trata a veces del lucro o el placer. Otras veces, del odio se saca fuerza para pelear; o de mostrarse herido uno pretende encontrar compasión o una justificación para autocompadecerse.
* Aunque uno quiera sanarse aún pueden pasar varias cosas que toman el aspecto de un freno o bloqueo:
(1) Dios quiere concedernos lo que le pedimos pero tiene su propio tiempo, que no coincide con el nuestro.
(2) O tal vez Dios tiene un orden distinto en los dones que quiere concedernos, por ejemplo: primero sanarnos internamente del pecado, y sólo después curar nuestro cuerpo, como quien cura primero al capitán y luego sí al barco.
(3) O Dios no concede lo que uno quisiera porque su propósito es distinto. En tal caso, la felicidad que Él quiere darnos es superior y mejor que la que uno quisiera, pero implica una renuncia al propio plan.
* La arrogancia humana “ora” falsamente con palabras que equivalen a esto: “Señor gerente general del universo: Le conviene que haga pronto lo que yo quiero, y de la manera que yo quiero, caiga quien caiga. Amén.” Por supuesto, lo contrario de semejante arrogancia es el Padrenuestro que Cristo nos dejó como tesoro de su corazón.