[Seminario ofrecido en la Asociación Jesús en Ti confío. Bucaramanga, Abril de 2013.]
* El amor es dinámico. El amor nos pone en movimiento. Dios, que es Amor, se ha puesto en movimiento ante el dolor y la necesidad de su pueblo.
* Leemos Éxodo 3. Dos cosas hay que destacar: (1) Sin que el pueblo lo pida, Dios ya busca la liberación de su pueblo. (2) De hecho, aunque el pueblo está anestesiado y distraído por los bienes que el faraón le da, y aunque el pueblo no lo pide, Dios ve más que lo que ven los ojos humanos, y sale a liberar a los suyos.
* Jesucristo es el Dios-con-nosotros, y Él muestra con su mirada que, más que un alivio, quiere traernos verdadera libertad. Un pasaje importante es Marcos 2, cuando queda claro que más allá de la parálisis visible, Jesús ve la parálisis invisible a la que llega el corazón en pecado.
* La verdadera liberación va marcada por una dulce y profunda añoranza de la casa paterna; añoranza de la verdadera libertad de los hijos de Dios, y anhelo de retorno al plan original de Dios.
* La verdadera liberación empieza con un verdadero encuentro con Dios. Más que solucionar un problema, Dios quiere establecer alianza personal, amorosa y profunda con sus hijos.