[Reflexión ofrecida en el marco de la inauguración de estudios de la Facultad de Teología de la USTA en el primer semestre de 2013.]
Problemática actual
- Sentido de desorientación en muchos católicos y en un número de nuestros estudiantes : “Unos padres/profesores dicen una cosa y otros otra.”
- Agnosticismo práctico: Imposición silenciosa de la idea de la religión como asunto privado y subjetivo, en el que cada quien escoge como quien va al supermercado.
- Secularismo extremo, sectas, ateísmo, Nueva Era no han dejado de avanzar.
Expectativa eclesial
- En su Carta del 28 de Julio de 2012 a la Provincia de Colombia, el Maestro de la Orden presenta un amplio panorama sobre el lugar de la teología y sus áreas de encuentro con la evangelización en nuestro contexto colombiano y latinoamericano.
- De modos formales e informales, nuestros obispos han alentado nuestros avances en el área de la formación teológica. por contraste, hay el precedente cercano de sacerdotes, también en nuestro país que enseñan cosas contrarias a la fe.
- Laicos de distintas procedencias se acercan, con curiosidad o interés, a nuestras aulas.
Pero hay ídolos…
- El espíritu de “gremio,” que parece prohibir el criticar nada de un colega. Vamos creando una mentalidad corporativa que empieza a mirar más por sí misma que por el bien de la Iglesia, la gloria de Dios o el bien mismo de la gente.
- La búsqueda de “lo último,” como si todo en el mundo funcionara según las leyes aparentes de la tecnología: “más nuevo = mejor.”
- El cultivo de la fama, o también: de la “micro-fama,” que se traduce en respeto humano e incapacidad de contradecir la opinión prevalente en el círculo en que uno se mueve.
Y hay antiguas tentaciones…
- Pereza, facilismo, mediocridad
- Incredulidad, racionalismo, cientificismo
- Superficialidad, pragmatismo, “funcionalismo” (estudiar para ordenarse)
Conclusiones
- Nuestros estudiantes deben sentirse libres de manifestar las objeciones doctrinales que tengan con respecto a sus docentes, porque es derecho de los estudiantes recibir una formación que se considere y sea plenamente católica.
- Ser docente en esta Facultad debe implicar un compromiso que va más allá del salón de clase. Igual o mayor importancia tienen los diálogos personales con nuestros estudiantes, así como los diálogos entre docentes. En esto último hay mucho camino por recorrer.
- Es completamente oportuno nuestro carisma doctrinal pero requiere amor, cultivo, exigencia compartida, conciencia de la responsabilidad.