“La escena de la muerte de Cristo fue una de las constantes en la obra del artista alemán, y en ellas destaca un elemento característico: la prominente barriga del mal ladrón. Mientras que Jesús y el buen ladrón son figuras estilizadas, el otro, que se burlaba de Nuestro Señor, aparece como un hombre intencionalmente dibujado como sometido a la pasión de la gula…”
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