De amores sólo sabe
el que ha buscado el bien
y al encontrarlo ha sabido
que no es sólo para él.
De amores sólo sabe
el que ha sufrido de más
y que sufrido y cansado
no se ha cansado de amar.
De amores sólo sabe
el que ha perdonado al fin,
después de haber perdonado
otras mil veces mil.
De amores sólo sabe
Jesús, el de Nazareth,
lo sabe su Cuerpo Herido
y su Sangre lo sabe bien.