Retiro Espiritual con las Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth, del 26 al 31 de Diciembre de 2011. Tema 9: Sanación en la Vida Religiosa.
Las condiciones peculiares de la vida religiosa, y en concreto, la vida en las comunidades femeninas, presenta desafíos muy específicos cuando se trata de sanar heridas del pasado (antes del ingreso al convento), o heridas de lo que podemos llamar el presente, es decir, aquellas que acontecen en el día a día de la vida en comunidad.
Una de las principales dificultades se nota al comparar la condición de una mujer seglar y la de una religiosa. En el primer caso, la seglar suele desahogar su corazón atribulado comentando sus cosas con amigas o parientes. Este camino no es fácilmente practicable para la religiosa, a menos que desee iniciar o empeorar una serie interminable de murmuraciones y chismes.
La mujer consagrada debe saber, sin embargo, que Dios no está lejos de su camino, y que su Providencia ciertamente actúa si estamos en disposición de recibir su paso sanador cuando llegue. Tres sugerencias:
(1) El humilde conocimiento de sí mismo, a la luz de Cristo en su Pascua.
(2) La conciencia de que toda sanación profunda es un proceso; la paciencia y la perseverancia se requieren en esto, como en todo lo que merece la pena.
(3) De tanto en tanto, Dios muestra “paquetes” de cosas, sean heridas o pecados, que hemos de entregar al sacerdote como confesión o para pedir su bendición.